El transporte terrestre de mercancías abarca múltiples riesgos operativos, legales y económicos. Desde accidentes en ruta hasta pérdidas por robos o condiciones climáticas, las compañías del sector enfrentan desafíos diarios que pueden afectar su actividad y solvencia.
Por eso, contar con seguros adecuados no es solo una formalidad legal: representa una herramienta para mantener la continuidad del negocio y proteger los activos implicados en cada operación. Elegir coberturas específicas según el tipo de carga, la flota y los recorridos garantiza una base sólida ante cualquier incidente.
Seguro obligatorio de responsabilidad civil para vehículos
Toda empresa de transporte debe tener asegurados sus vehículos con una póliza de responsabilidad civil obligatoria. Esta cobertura responde ante daños que los vehículos puedan causar a terceros, ya sean personales o materiales, en caso de accidente. Es el primer filtro legal exigido para operar en carreteras y vías públicas. No tenerlo vigente implica sanciones económicas y la inmovilización de los vehículos involucrados.
Aunque la póliza es común, su alcance suele ser básico. Por eso, muchas empresas complementan esta cobertura con pólizas de responsabilidad civil voluntaria, que amplían los límites y contemplan situaciones específicas relacionadas con la actividad profesional.
Seguro de responsabilidad civil del transportista
Este seguro resulta esencial cuando el transportista asume la custodia de la mercancía. Su función es proteger a la empresa frente a reclamaciones por daños, pérdida o deterioro de la carga durante su traslado. Aquí no se trata del contenido transportado en sí, sino de la responsabilidad legal del transportista ante el cliente.
En países como España, esta cobertura está regulada por el Convenio CMR (Convenio relativo al contrato de transporte internacional de mercancías por carretera), que establece límites y condiciones claras de indemnización. Asegurar este aspecto cumple con los marcos legales y transmite confianza a los clientes.
Seguro de mercancías para proteger la carga transportada
Mientras el anterior seguro cubre la responsabilidad legal, el seguro de mercancías protege directamente el valor económico del contenido transportado. Las empresas lo contratan para evitar pérdidas si la carga sufre daños por accidente, robo, incendio o catástrofes naturales. La elección del tipo de póliza puede variar según el tipo de bienes transportados.
Por ejemplo, los productos perecederos o frágiles requieren condiciones de cobertura específicas. En el sector logístico, contratar seguro de mercancías permite operar con mayor tranquilidad, sobre todo en trayectos largos o rutas internacionales donde los imprevistos logísticos aumentan.
Seguro de transporte terrestre según tipo de operación
Los seguros de transporte terrestre no son todos iguales. Existen pólizas diseñadas para transporte nacional, otras para internacional, y algunas específicas para logística inversa o servicios multimodales. Las empresas que gestionan grandes volúmenes suelen optar por seguros flotantes, que abarcan todas las expediciones durante un periodo determinado. En cambio, quienes hacen envíos esporádicos pueden contratar pólizas por viaje.
Elegir correctamente este tipo de seguro evita pagar por coberturas innecesarias o, en sentido contrario, quedar desprotegido en operaciones clave. Aquí es fundamental analizar el tipo de trayecto, el perfil de la carga y la frecuencia de los envíos. Existen productos especializados en seguros de transporte terrestre que se adaptan a esas variables.
La importancia del asesoramiento profesional en la contratación
Contratar un seguro no debería ser una decisión tomada a ciegas o únicamente en función del precio. La variedad de productos, cláusulas, franquicias y exclusiones hace que muchas veces el contenido real de la póliza no se entienda del todo. Por eso, contar con asesoría especializada marca una gran diferencia.
Los corredores de seguros interpretan las condiciones, comparan entre distintas compañías y adaptan las coberturas a las necesidades reales de la empresa. Su papel no se limita al momento de la contratación: también acompañan en la gestión de siniestros y en la revisión periódica de los contratos.