¡Aleluya, Aleluya!… Por fin, y tras un largo proceso administrativo, vemos el entorno del antiguo edificio de Maragato limpio y ordenado, tal y como nos prometió el Ayuntamiento capitalino a principios de julio de este año, eso sí, con algún mes de retraso.
Crónica de Andoni Madrid. Fotografía de Cuka Leyre
La actuación ha incluido la retirada de las estructuras del hormigón que formaban parte del antiguo andamio, la limpieza de los solares colindantes y ahora la ejecución de un solado definitivo. Con esta intervención, se devuelve a este espacio emblemático su imagen de forma ordenada y se eliminan elementos que suponían un obstáculo en pleno centro urbano
El histórico edificio sito en la calle Mayor número 2, en donde había estado durante más de un siglo la pescadería Maragato, fue adquirido por el empresario local Lucas de la Roja, con la intención de construir nuevas y modernas viviendas.
El edificio fue catalogado por el Plan de Ordenación Urbana como edificio protegido y se le obligaba al constructor a mantener la fachada, la escalera interior y una bodega inferior del edificio, y que antiguamente había sido utilizada como tasca para degustación de licores y partidas de naipes. Fue a finales de 2007 cuando se instaló el andamio para proteger su fachada, comenzando con el derribo de su interior.
El famoso andamio fue desmontado el pasado mes de julio, por lo que no desapareció del paisaje de la calle Mayor hasta cumplir su mayoría de edad. Plataforma inerte, y descomunal que emergía del soportal de la antigua pescadería Maragato, perenne y sita en el mismo sitio durante tantos años, “viendo pasar el tiempo”, como entonaba el dúo Víctor Manuel y Ana Belén allá por los años 80. Ellos cantaban a la icónica Puerta de Alcalá de Madrid y nosotros a nuestro andamio arquitectónico permanente, faltaría más. ¡Mírale, mírale!
Por eso el ciudadano de a pie, ante el desmantelamiento de tan importante monumento alcarreño, se pregunta si ya se ha iniciado la búsqueda de otra estructura icónica y representativa que le sustituya. Porque al final resultaba que parecía ser más famoso este andamio Maragato que el emblemático Palacio del Infantado de la ciudad. Por ello, ¿se podría proponer la idea de erigir un símbolo conmemorativo del célebre andamio?
Este ciudadano de a pie se pregunta también cuál será el destino de los solares anexos al mismo. Grandes empresas constructoras, seguro, se lo están rifando para ver quién pone la primera piedra de algún edificio residencial en sus terrenos en muy corto plazo, y si no tiempo al tiempo.
O quizá el Ayuntamiento nos sorprenda a todos y esté contemplando algún proyecto interesante que incentive el comercio y dé vida al deteriorado y abandonado casco histórico.
Sea lo que fuere, nuestra ciudad no es ya la misma sin su andamio Maragato. ¿O no? Ni siquiera el encendido de las luces de Navidad podrán llenar el triste vacío de su ausencia.
Creo que todos los lectores han entendido perfectamente el sentido de mi ciudadano de hoy 😉
El Heraldo del Henares

