La Audiencia Provincial de Guadalajara, de acuerdo con el veredicto de culpabilidad expresado por el Tribunal del Jurado, ha condenado al asesino de un ciudadano rumano en la calle Ávila de Guadalajara a la pena de 15 años de prisión por un delito de ‘asesinato con alevosía’.
Según el contenido de la sentencia, a la que ha tenido acceso EL HERALDO DEL HENARES, el tribunal le condena a la pena mínima por asesinato con alevosía ya que, señala el tribunal, ‘solo clavó el cuchillo en una ocasión’.
‘En relación con el delito de asesinato con alevosía de M.S., el art. 139 del Código Penal, según la reforma del Código Penal publicada el 31 de marzo de 2015, prevé una pena de 15 a 25 años de prisión, pero, dado que no se ha apreciado ninguna circunstancia agravante ni atenuante, la pena a imponer debe tener en consideración el artículo 66.1.6ª del Código Penal, que señala que se impondrá la pena en la extensión que se estime adecuada, en atención a las circunstancias personales del delincuente y a la mayor o menor gravedad del hecho. En consecuencia, se considera que procede imponer la pena de 15 años, la mínima fijada para el delito, atendiendo a que solo clavó el cuchillo en una ocasión‘, dice la sentencia..
Además, la Audiencia le condena a abonar 20.000 euros a cada una de las dos hermanas de la víctima, no así a la prima, tal como pedía la Fiscalía, al entender el tribunal que no tenía convivencia con su familiar.
Al condenado, además, se le computará como tiempo de condena el día que estuvo detenido en Comisaría, el 19 de junio de 2024, además de todo el tiempo que lleva en prisión provisional, desde el 20 de junio de 2024.
El tribunal ha tenido en cuenta como prueba principal el vídeo grabado por una vecina, en la que se observa al ahora condenado asestar una puñalada por la espalda a la víctima sin que esta tuviera ninguna opción de defensa.
La Fiscalía pedía 25 años de prisión
Según el escrito del fiscal, al que ha tenido acceso EL HERALDO DEL HENARES, ‘los hechos tuvieron lugar sobre las 11:00 horas del día 15 de junio de 2024, cuando el acusado L.M.L.M., mayor de edad y con antecedentes penales cancelados, de forma sorpresiva, sin mediar palabra, con firmeza y de forma contundente, como manifestación del absoluto desprecio hacia la vida de M.S., quien se encontraba próximo al vehículo del acusado, un Honda Civic de color gris con matrícula –el cual estaba aparcado parcialmente sobre la acera de la calle Ávila de Guadalajara, a la altura del número de dicha calle, portal del domicilio del acusado—, salió de dicho portal y le abordó de forma inesperada desde la espalda de M.S., repentinamente, y le clavó un arma blanca al perjudicado bajo la clavícula derecha sin que pudiera repeler la agresión ni defenderse, causándole la muerte‘.
Esta agresión produjo a la víctima ‘una herida incisopunzante de 4 cms de anchura, penetrante en el hemitórax derecho por debajo de la clavícula, atravesándole el pulmón derecho‘.
No obstante, el perjudicado, ‘malherido y sangrando, recorrió una distancia de unos 300 metros desde la calle Ávila, siguiendo por las calles Bilbao, Valencia y avenida de Barcelona hasta caer desplomado en la calle Córdoba, a la altura del número 8, tendido boca abajo y la cabeza de lado (decúbito prono) en un gran charco de sangre‘, según el escrito del fiscal.
La agresión fue grabada por ‘una ‘un ciudadano anónimo’ con su teléfono móvil, grabación que remitió vía WhatsApp a un policía nacional, en donde, en sus 45 segundos de duración, se podía observar cómo tuvo lugar la agresión.
También, hasta el lugar de los hechos llegaron los primeros agentes de la Policía Local que atendieron al herido, ya que, según el fiscal, tan solo tuvieron que seguir en orden inverso el rastro de sangre que había dejado la víctima y que les llevó hasta la calle Ávila, justo donde se encontraba aparcado el vehículo del presunto asesino.
La víctima sufrió un gran sangrado que le produjo una parada cardiorrespiratorios de 20 minutos de duración, lo que le provocó daños cerebrales irreversibles y aunque fue operado de urgencia, falleció en el hospital un día después, el 16 de junio.
Con las imágenes en la mano, la policía identificó inmediatamente al agresor y estableció vigilancia permanente en los lugares o domicilios de familiares donde pudiera esconderse, como en los municipios de Alarilla o Fuentelencina.
Finalmente, el propio acusado se personó en dependencias policiales cuatro días después, el 19 de junio, tras lo cual pasó a disposición judicial, que decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza el 20 de junio de 2024.
Al acusado se le hicieron pruebas de tóxicos, que dieron como resultado positivo el consumo repetido de de cocaína y cannabis en al menos en los tres o cuatro meses anteriores, pero no constaba ‘ningún grado de intoxicación que pudiera afectar a las capacidades cognitivas ni a la voluntad del acusado en el momento del apuñalamiento‘.
Por todo ello, la Fiscalía solicitaba al Tribunal del Jurado se le impusiera la pena de 25 años de prisión por asesinato.