El Heraldo del Henares
El asesino, ya confeso, del matrimonio y su hija en la vivienda de estos en Chiloeches durante la madrugada del 13 de abril de 2024, Fernando P., ha reconocido durante la sesión del juicio con jurado por el triple asesinato que se ha celebrado hoy en la Audiencia Provincial de Guadalajara que fue al chalé de las víctimas ‘solo a robar’, pero que al ser descubierto por el padre, ‘le di con la bayoneta a todo lo que se movía o gritaba’.
De esta forma, ha resumido lo ocurrido en aquella fatídica noche, cuando en compañía de otro de los procesados, David M., llegó hasta la puerta del chalé de la familia y, tras aparcar en la puerta, le dijo a su compañero que se fuera y lo recogiera en un rato.
Posteriormente, entró en el chalé y se dirigió hacia las habitaciones de la planta superior, en busca de dinero, joyas y relojes de alta gama para robarlos y pagar de esta forma las deudas que tenía por la droga que compraba.
Reconoció que se dio un golpe y el ruido debió despertar al padre, por lo que se, según el acusado, el hombre se puso a golpearle y él se defendió con la bayoneta que siempre lleva para ‘amenazar’ en otros robos que suele llevar a cabo en su día a día.
Tras matar al padre, no supo explicar en el juicio por qué mató a la madre que estaba indefensa acostada en la cama, ni tampoco a la hija, de 22 años, que huía por las escaleras, pero, dijo al tribunal, fui yo el que tuvo que haberlos matado pues no había nadie más en la casa.
Tras asesinar a las tres personas, dice que cuando intentó abrir la habitación del hijo de la familia, Yerai, al no abrirse no lo siguió intentando, y se subió de nuevo a buscar objetos de valor para llevárselos.
Sobre el incendio de la vivienda, señaló al tribunal que no recuerda haberlo iniciado, pero que debió ser él porque, repitió, no había nadie más allí, y que ni siquiera era consciente de haber provocado el fuego y se sorprendió al ver que la vivienda ya estaba en llamas y él se tenía que ir de allí.
En su huida, el acusado dijo al jurado que perdió parte del botín e incluso su teléfono móvil, que cayó sobre la cama de sus víctimas.
Fernando, que solo contestó a las preguntas de su abogado y de los miembros del jurado, señaló que el año y medio que lleva en la cárcel le ha rehabilitado, que ya no toma drogas, que está estudiando para sacarse el diploma y poder estudiar en la UNED, que también trabaja y le pagan por ello y que hace deportes, como rugby, aunque ahora lo ha tenido que dejar porque los entrenamientos le coinciden con clases de francés a las que también se ha apuntado.
El asesino confeso indicó al tribunal que ha conseguido reunir 20.000 euros para pagar al hijo superviviente por los daños causados y que su intención es seguir consiguiendo más dinero para seguir pagándole.
Tras señalar que el día de los hechos hizo lo que hizo porque ‘estaba muy drogado… histérico… loquísimo’, manifestó que estaba arrepentido de lo ocurrido y pidió perdón a la familia de los fallecidos, palabras con las que concluyó su declaración,
Tras Fernando declaró Cristian B., quien fuera novio de la chica asesinada, manifestando al jurado que nunca supo que se iba a producir ese robo ni mucho menos los asesinatos.
Finalmente declaró David M., amigo de Fernando y primo de Cristian, para indicar que esa noche su amigo le pidió que lo acompañara a dar un ‘vuelco de droga’ a unos narcotraficantes, a lo que David se negó, ‘porque eran unos tipos muy peligrosos’.
Por ese motivo, según David, Fernando le pidió que lo acompañara que iban a dar algún golpe en un cajero automático, para amenazar a alguna víctima con la bayoneta de Fernando para que les diera el PIN del cajero y así sacar dinero para drogas.
Finalmente, Fernando condujo el coche hasta el chalé de las víctimas y cuando se bajó, según David, este cogió el coche y se fue y no volvió hasta más tarde a recogerlo, momento en el que vio el chalé en llamas y se fue de allí.
El juicio, que comenzó el pasado lunes 10 de noviembre y del que ya se han celebrado cinco sesiones, se reanudará el próximo lunes 17 de noviembre con las conclusiones e informes de las partes, así como el derecho a la última palabra de los tres acusados.
El martes 18 está previsto que la presidenta del tribunal entregue al jurado de forma detallada el objeto del veredicto, tras lo cual sus miembros se retirarán a deliberar hasta que consigan un acuerdo definitivo de condena o absolución de cada uno de los acusados.
El fiscal pedirá dos condenas de 20 años de cárcel y una de prisión permanente a Fernando
En la mañana de lunes 10 de noviembre se procedió, por parte de la letrada de la Administración de Justicia, a la lectura de los escritos de acusación y defensa, en los que tanto el fiscal como la acusación en nombre del hijo y hermano de los asesinados, como el letrado de la compañía de seguros que pagó los daños en la vivienda han solicitado al jurado que se condene al autor de los hechos, Fernando, como responsable de tres delitos de asesinato a la pena de prisión permanente revisable por el asesinato de la hija, más dos penas de veinte años de prisión por cada uno de los asesinatos de los dos padres.
Además, solicitarán que también se le imponga la pena de otros cinco años de prisión por el delito de robo con violencia en casa habitada y uso de arma; y tres años más de prisión por el delito de daños por incendio, al haber quemado la vivienda para ocultar pruebas.
En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicitará que este acusado indemnice al hijo del matrimonio y hermano de la chica asesinados en la cantidad de 150.000 euros por cada progenitor (300.000 por ambos), y otros 100.000 por la hermana (en total 400.000 euros).
Además, deberá abonar otros 163.299,61 euros a la Mutua Madrileña por los gastos que esta compañía de seguros tuvo que realizar para rehabilitar la vivienda de las víctimas, tras haber sido incendiada por este acusado tras cometer los asesinatos.
A los otros dos acusados, Cristian y David, que serán juzgados también por el tribunal del jurado junto a Fernando como cooperadores necesarios del delito de robo con violencia en casa habitada y uso de arma cometido, tanto el fiscal como las acusaciones han solicitado la pena de cinco años de prisión.
A todos los pedimentos del fiscal se han adherido las dos acusaciones, el hijo y hermano de las víctimas, así como el letrado de la aseguradora, Mutua Madrileña, como perjudicada por estos hechos.
Una cuarta detenida por estos hechos, la entonces pareja sentimental de Fernando, quedó exonerada de toda responsabilidad penal durante la tramitación de la causa judicial, por lo que tan solo tendrá que acudir al juicio en calidad de testigo.
Las tres defensas pedirán la absolución de sus representados, por motivos diferentes cada uno de ellos.
Así, la defensa de Fernando, único acusado del triple asesinato, ha pedido la absolución de su cliente tenía su capacidad volitiva alterada por el consumo de drogas, entre ellas la cocaína, la queratina, el MDMA, la metanfetamina y otras, o en caso alternativo la pena inferior en dos grados.
Por ese motivo, ‘los hechos no son constitutivos de ningún delito‘, en base a las atenuantes muy cualificadas de intoxicación por drogas por un lado y de adicción a las drogas por el otro.
El letrado de Cristian ha informado al jurado que también pedirá la absolución porque entiende que su defendido no cometió ningún delito y, finalmente, la letrada de David ha señalado que su cliente nunca supo que se iba a cometer un asesinato y que tan solo condujo el coche hasta la vivienda de las víctimas porque Fernando le dijo que iba a cobrar una deuda. Según esta letrada, gracias a la declaración voluntaria de David cuando se enteró de lo que había pasado realmente en el interior de la vivienda se pudo detener al responsable de los hechos.
Un robo que acabó en triple asesinato
El suceso tuvo lugar en la madrugada del 13 de abril de 2024, cuando un matrimonio y su hija fueron encontrados muertos con múltiples heridas de arma blanca en su domicilio de la calle Fuente Valdoma, sita en la urbanización Medina Azahara, de Chiloeches.
Todo indica que se trató de un robo mal planificado y que salió mal: Fernando y David acudieron en coche de madrugada a casa de Laura, la exnovia de Cristian, para, supuestamente, según el fiscal, robar relojes de lujo y joyas que sabían por este último que la familia guardaba en su casa.
David aparcó el coche a 100 metros de la casa y Fernando bajó y fue andando a la vivienda, donde entró por la puerta de la cocina. Subió al dormitorio de los padres y mientras rebuscaba joyas y dinero en los cajones, estos se despertaron, por lo que los asesinó a machetazos, 29 al padre y 14 a la madre, según el fiscal. Posteriormente se encontró en la escalera de la casa a la hija, que trataba de huir, por lo que le asestó otros siete machetazos. Las tres víctimas murieron desangradas en pocos segundos debido a la gravedad de las heridas sufridas, que afectaron a órganos vitales y grandes arterias.
Tras apoderarse de varios relojes de lujo y joyas, Fernando, supuestamente, prendió fuego a la vivienda para borrar huellas, por lo que fueron avisados de un incendio los bomberos del parque de Azuqueca y en esas tareas de extinción de las llamas es cuando se encontraron los tres cadáveres con evidentes signos de violencia.
Fernando huyó con su entonces pareja y se refugió en un hostal de Daganzo, donde ambos fueron detenidos al día siguiente de los hechos y donde se encontró la totalidad de las joyas y dinero sustraído de la vivienda, que fue devuelto al hijo y hermano de las víctimas. También fue detenido en su domicilio de Pioz David y, unos días después, Cristian, el novio de la fallecida y persona que supuestamente dio indicaciones para el robo a Fernando y David.
El 29 de noviembre de 2024 salieron de prisión tanto David como Cristian, mientras que respecto de la novia de Fernando se dictó auto de sobreseimiento por estos hechos.
Será ahora el jurado el que determine la culpabilidad o no de cada uno de los tres acusados, delitos que se les imputan y penas a imponer.
