La reciente publicación de informes internos de la Confederación Hidrográfica del Segura, CHS, que revelan la manipulación y falta de control en los datos hidrológicos de la cuenca, «confirma y agrava las denuncias históricas sobre la mala gestión del agua en el sureste español», según han denunciado fuentes de la organización Greenpeace.
Esta situación, sacada a la luz por RRNEWS, ha puesto de manifiesto patrones de opacidad, irregularidades y posibles delitos ambientales que llevan años siendo señalados por organizaciones como Greenpeace.
«Un país con alto riesgo de desertificación no puede malversar con un bien tan escaso como es el agua», han añadido.
Es destacable cómo la manipulación y la falta de control de los datos en la gestión del agua suponen un grave perjuicio para pequeños agricultores y ganaderos y para el medio ambiente.
Los nuevos informes internos y el testimonio de una funcionaria de la CHS ponen de manifiesto la adulteración de datos hidrológicos, sobre todo del agua procedente del Trasvase Tajo Segura, sin base real en la cuenca del Segur, «una práctica que no solo compromete la transparencia institucional, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de los recursos hídricos y la confianza pública en la administración», han señalado desde Greenpeace.
Entre las irregularidades señaladas, han destacado la publicación de datos sin respaldo técnico ni verificación independiente, la falta de control sobre los volúmenes de agua realmente disponibles y utilizados y la posible ocultación de información relevante para la toma de decisiones y la gestión de sequías.
Estos hechos no son aislados, según han afirmado desde Greenpeace en dicho comunicado, «llevamos casi dos décadas denunciando la existencia de una ‘mafia del agua’ en la cuenca del Segura, con informes que documentan redes de intereses, corrupción y manipulación sistemática de datos para favorecer a determinados sectores económicos, especialmente la agroindustria intensiva y el urbanismo especulativo».
La información revelada por los informes internos de la CHS coincide plenamente con las denuncias de Greenpeace en el sentido de persistencia de la manipulación de datos oficiales, falta de controles y auditorías independientes, beneficio de intereses privados en detrimento del interés general y del medio ambiente y, finalmente, impacto directo en la degradación de ecosistemas como el Mar Menor y en la sobreexplotación de acuíferos.

«La gravedad de los nuevos datos reside en que, lejos de corregirse, las prácticas irregulares parecen haberse consolidado, a pesar de las advertencias de la sociedad civil y las evidencias científicas sobre el colapso ecológico de la región», han añadido.
“La publicación de estos informes internos supone un punto de inflexión en la lucha por la transparencia y la gestión responsable del agua en la cuenca del Segura. Es imprescindible que el ministerio de Transición Ecológica, MITECO, actúe con contundencia para restaurar la legalidad, proteger los recursos hídricos y garantizar el futuro de los ecosistemas y las comunidades que dependen de ellos”, ha declarado Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace España.
“La gestión del agua y su calidad es algo necesario para aumentar la sostenibilidad del sistema alimentario”, ha finalizado.
Dos informes demoledores, uno de ellos por la falta de control del agua de los trasvases
Los informes a los que se refiere Greenpeace y que han sido desvelados por la web RRMEWS han sido elaborados por la jefatura del Servicio de Hidrología de la CHS.
El primero se refiere al incumplimiento de la normativa institucional de la CHS y el segundo, el relativo al descontrol del agua que entra en la CHS procedente del trasvase Tajo-Segura y elaborado en diciembre de 2022, «es demoledor», según Greenpeace.
En dicho informe, a lo largo de 8 páginas, el Servicio de Hidrología enumera fallos, incoherencias, manipulaciones de datos y carencias estructurales que afectan directamente a la fiabilidad del Parte Diario.
Uno de los episodios más reiterados, según RRNEWS, es la alteración sistemática de datos clave -como los volúmenes de agua trasvasada o los consumos de riego- una vez que ya han sido cargados en la aplicación oficial del Parte Diario.
De hecho, dicho informe incluye datos concretos como que entre el 26 y el 30 de octubre de 2022, los peajes de riego en los canales de margen derecha e izquierda pasaron de 23.800 y 35.983 m³ a 0 m³, y viceversa, de 0 a más de 180.000 m³; o que el 12 y 13 de noviembre de ese mismo año, los datos de aportación al embalse de Algeciras cambiaron de 317.299 m³ a 152.918 m³, y de 24.848 m³ a 189.229 m³, respectivamente.
Finalmente, esos informes recogen que en octubre, otros cambios en el embalse de Algeciras corrigieron valores de 68.373 m³ a solo 4.954 m³ en 24 horas.
El informe no solo registra las cifras, también deja clara una gravedad, y es que «este servicio no conoce ni cómo ni a partir de qué datos se realizan estas estimaciones. No podemos responsabilizarnos de ellos”.
Existencias del trasvase y manipulación: no recoge el agua que llega del Tajo
Según el informe, lo que la CHS publica cada día como «existencias del trasvase» no representa realmente el volumen de agua que ha llegado del Tajo, ya que incluye también volúmenes procedentes de recursos subterráneos, plantas de desalación, aportaciones del río Taibilla e incluso lo que el técnico denomina “embalse muerto” (agua sin trazabilidad).

En agosto de 2020, el sistema llegó a reflejar 245,4 hm³ como existencias del trasvase, una cifra que -según el autor el informe- no se sostiene técnicamente. «Hoy, el concepto de ‘existencias del trasvase’ es confuso y engañoso”, advierte el informe que exige su desglose real y legal.
Desajustes graves en los aforos
En su artículo, RRNEWS sigue relatando cómo el informe entra de lleno en las estaciones de aforo de Calasparra, Cenajo y Camarillas. Tras analizar los datos entre 2014 y 2022, encuentra que en 29 de los 96 meses analizados, la desviación entre lo que entra y sale supera el 10 %.
«En algunos casos, se alcanzan errores de más del 20 %, y en febrero de 2021, del -95,8 por ciento. Y si se analizan datos horarios, el error de ese mes concreto se dispara al -1.009 %. Y lanza una frase con carga explosiva: «A juicio de quien suscribe, estas desviaciones ya no son en absoluto razonables”.
Ajustes a ojo para que el parte no se rompa
El informe describe cómo, ante datos incoherentes, el propio Servicio de Hidrología tiene que manipular manualmente los valores de desagüe de los embalses para cuadrar el Parte Diario.
Algunos ejemplos: el 28 de marzo de 2022 se suben los caudales de Camarillas de 2 a 4,8 m3/s, y del Cenajo de 2,5 a 7 m3/s, sin base medible, solo para evitar un valor negativo en el sistema. El 5 de mayo de ese mismo año, los desagües se aumentan de 2,5 m3/s a más de 6 m3/s.
Finalmente, el informe analiza «otra joya del caos», que tiene que ver con el índice del canal de margen derecha, que sirve para estimar pérdidas y eficiencia, «y que ha llegado a superar los 2.500. Un valor técnicamente inasumible. Además, desde 2015, a petición del Área del Trasvase, se permite que los consumos de agua sean negativos. Literalmente».
A pesar de todo, siguen los trasvases
Sin embargo, a pesar de todos estos informes y de las numerosas denuncias que organizaciones como Greenpeace han presentado contra el mal uso del agua de los trasvases, el MITECO sigue con su política de autorizar uno al mes.
De hecho, el pasado 29 abril, se aprobó autorizar un total de 180 hm3 desde la cuenca del Tajo al Segura, a razón de 60 hm3 al mes durante los meses de abril, mayo y junio de 2025, un volumen de agua que no se había autorizado más que una vez en los últimos 13 años, en marzo de 2014.

No obstante, estos numerosos trasvases dejaron de ser motivo de protestas y manifestaciones en la cuenca del Tajo a partir de junio de 2018, con la llegada de Pedro Sánchez al poder.