sábado , 27 julio 2024

Carta de una profesora de la Casa de la Cultura de Azuqueca: ‘El Ayuntamiento no nos paga las facturas desde noviembre de 2019’

«Buenas a todos y todas, les voy a contar lo que sucede en el Ayuntamiento de Azuqueca de Henares y lo que me compete a mí respecto a mi relación laboral con este.

Soy profesora de Procedimientos Pictóricos en la Casa de la Cultura y soy autónoma al igual que tres de mis compañeras. Facturamos al Ayuntamiento mensualmente por nuestro trabajo cuando deberíamos estar contratadas ya que desempeñamos un empleo fijo y siguiendo las directrices que nos marca el propio puesto de trabajo. Por tanto, formamos parte de ese más que famoso grupo de gente conocido como “autónomos falsos”. No contentos con nuestra ilegalidad laboral, además, el Ayuntamiento no nos paga las facturas desde noviembre de 2019. Su excusa: no se lo permiten desde el departamento de Intervención. No se lo permite porque no es legal, pero ellos prefieren mantenernos en esta situación en vez de  legalizarla través de un pliego de condiciones y poder cobrar mensualmente como hacen todos ellos.

Centro Cultural de Azuqueca


Una vez puestos en situación les voy a hablar de la señora Susana Santiago, Concejala de Educación y Cultura (aunque carezca de ambas) y del Alcalde Jose Luis Blanco. No sé si les sonará su nombre, su cara estoy segura de que sí porque es un amante de las fotografías. Su pecho también les sonará, es donde cuelga los galardones por acciones tan maravillosas como poner luces de semáforo en el suelo de los pasos para peatones, en vez de incentivar otras actividades para que los jóvenes levanten la vista de las pantallas. Pues bien, ellos dos son los protagonistas de lo que les voy a contar.

En el mes de diciembre, tanto yo como el resto de profesoras en mi misma situación de impago, tuvimos una reunión con la Concejala para que nos aclarara el conflicto. Ella se excusó con el cuento del departamento de Intervención y nos aseguró que al entrar el nuevo año, en enero, cobraríamos inmediatamente y a la vez aprobarían un pliego para licitar el servicio que impartimos, es decir, externalizarlo. Ella, que cobra un sueldo que no dudó en subírselo al comienzo de la legislatura, nos manifestó que la futura empresa nos mantendría las mismas condiciones. Quién se puede creer semejante afirmación.

Debe ser que como ellos no lo hacen, no sabe que es técnicamente imposible mantener el precio que cobramos por hora y hacerse cargo de nuestra Seguridad Social, ¡pero oye, una chica ilusa, sin más! Llega enero y seguimos sin cobrar, le escribo un wassap (ella nos lo dio al principio de curso por si lo necesitábamos) para pedirle una reunión junto con el Alcalde para poder solucionar la situación, pero ella no contesta.

 Finalmente a 31 de enero y sin haber cobrado y dado de margen el mes en que se comprometió al pago, le escribo un correo para informarle que yo por mi parte paralizo mis clases a la espera de la reunión solicitada.

Cualquier persona con dos dedos de frente se haría cargo de esta situación a más no tardar, para no perjudicar a los alumnos y revertir el comprensible cansancio y cabreo por mi parte.

Sin embargo, sus excelentísimas prefieren ignorarme de nuevo. Mis alumnos terminan conociendo toda la trama dado que yo sí les tengo respeto y creo que merecen saber el por qué de la paralización de las clases y de la incompetencia de los políticos de su localidad.

Con las clases paralizadas, el apoyo de mis alumnos y la insistencia por parte del técnico de cultura hacia la concejala para solucionar el problema, llega la actuación por parte del Alcalde.

Este señor decide tener una reunión con el resto de compañeras en mi misma situación y conmigo no. A juzgar por la contestación que da en el vídeo del pleno de 27 de febrero (adjunto en el minuto 05:19:00 la intervención de la oposición acerca del caso y en el minuto 05:45:33 la respuesta) no pretendía otra cosa es más que castigarme, por lo que él considera perjudicial para los ciudadanos al paralizar las clases como forma de protesta. 

 https://sesiones.actadigital.com/SP_CLM_GUAP1905400F0

En esa reunión que yo pedía y a la cual me vetan, no da más explicaciones que las que ya tenían mis compañeras. Salen como han entrado, sin cobrar y sin información concisa sobre el pliego. Lo lógico, hubiese sido concretar una reunión también conmigo para dar solución a nuestro problema, pero desgraciadamente para mí no disponía de tiempo.

Imagen de archivo de un pleno municipal en Azuqueca. Fotografía de A. D. Villamil

Finalmente decido dejar el trabajo, ganan ellos. Sin embargo, los verdaderos perdedores eran los alumnos, ya que tras mi renuncia tenían claro no iban a sustituirme, aunque ello conllevara suspender el taller. Por ese motivo he vuelto a trabajar tras conversar con el técnico, no con ellos ya que soy una trabajadora que incomoda y no cumple con sus expectativas que son las siguientes: ir a trabajar, permanecer cinco meses sin cobrar, ver, oír y callar, porque ellos mandan.

Además, interpuse una queja en el Ayuntamiento por el impago a la que el personal encargado de registrarla me dijo “¿has probado a hablar con la concejala Susana?” Otro iluso que creía que la concejala hace su trabajo y se ocupa de sus trabajadores.

A día de hoy sigo dando clase para no deshacer los talleres, sigo sin cobrar, sigo sin tener un solo correo o mensaje de los responsables y sigo teniendo que aguantar que cuando la oposición les saca el tema tengan la cara dura de responder lo que respondieron en el Pleno.

 Yo ya no vivo en la zona y sólo me unen las amistades y la relación laboral (o de voluntariado) que llevo a cabo en la localidad, pero a los que sí vivís ahí, sólo deciros que tenéis un cacique por Alcalde con su correspondiente palmera como Concejala y que en la medida en que se lo permitáis van a seguir comportándose con la desvergüenza que lo están haciendo hasta ahora.

Tengo todos los correos y mensajes que corroboran lo que digo y me gustaría poder compartir los suyos pero no tengo ninguno por su parte.»

Tania Cobo, Azuqueca de Henares

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