Queridos hermanos en el Señor: Os deseo gracia y paz.
La causa de canonización de los siervos de Dios don Eustaquio Nieto y Martín, obispo, y sacerdotes, religiosos y laicos compañeros mártires de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara se dispone a dar un decisivo paso adelante.
El sábado 26 de julio tendrá lugar (D.m.) la clausura de la fase diocesana en el altar mayor de la Catedral de Sigüenza. A las 11 de la mañana, con la oración de laudes y la celebración de la Misa de acción de gracias, mostraremos nuestro agradecimiento al Señor por la fortaleza en la fe, la seguridad en la esperanza y la constancia en el amor de quienes fueron testigos de Jesucristo hasta la entrega de sus vidas. A continuación, en el altar de Santa María la Mayor se llevará a cabo el acto institucional.
La Delegación para la Causas de los Santos ha desarrollado un meticuloso, paciente y eficaz trabajo. A todos los miembros y colaboradores les agradecemos su esfuerzo y su dedicación. No habríamos llegado hasta aquí sin su tenacidad y su perseverante labor.
Benedicto XVI afirmó: “Cuando los cristianos son verdaderamente levadura, luz y sal de la tierra, se convierten como Jesús en objeto de persecuciones; como él son «signo de contradicción». La convivencia fraterna, el amor, la fe, las opciones en favor de los más pequeños y de los pobres, que marcan la existencia de la comunidad cristiana, suscitan a veces una aversión violenta. ¡Cuán útil es entonces contemplar el luminoso testimonio de quienes nos han precedido en el signo de una fidelidad heroica hasta el martirio!” (Homilía, 7 abril 2008).
El papa Francisco afirmó: “Esta fidelidad al estilo de Jesús –que es un estilo de esperanza– hasta la muerte, será llamada por los primeros cristianos con un nombre bellísimo: «martirio», que significa «testimonio». Había muchas otras posibilidades, ofrecidas por el vocabulario: se podía llamar heroísmo, abnegación, sacrificio de sí. Y en cambio los cristianos de la primera hora lo llamaron con un nombre que perfuma de discipulado” (Audiencia general, 28 junio 2017).
León XIV dijo el 25 de mayo: “La Iglesia de Roma es heredera de una gran historia, consolidada en el testimonio de Pedro, de Pablo y de innumerables mártires”.
La cruz pectoral de León XIV contiene dos reliquias de obispos agustinos españoles: santo Tomás de Villanueva, Arzobispo de Valencia y reformador de la Iglesia en los siglos XV y XVI y el beato Anselmo Polanco, Obispo de Teruel, que murió en 1939.
La sangre de los mártires se convierte en semilla de cristianos y fermento de paz.
Recibid mi cordial saludo y mi bendición.
Julián Ruiz Martorell, obispo de Sigüenza-Guadalajara
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El empecinamiento del Vaticano por ampliar el santoral a costa de las víctimas de la barbarie roja, que la hubo, durante la guerra civil española es uno de los más sórdidos y maniqueos empeños culturales de este fin de milenio. Quedará constancia de los santos causados por la intransigencia anticlerical entre 1936 y 1939, pero a ningún laico se le ocurre un santoral equivalente de todos los asesinados, paseados, torturados, perseguidos, ninguneados, sacramentados obligados por Dios y por España entre 1936 y el infinito franquista, hasta más allá de 1975. Asesinados, paseados, torturados, perseguidos, ninguneados, sacramentados por gentes bajo palio y a veces con el pecho convertido en custodia para la Sagrada Forma ingerida antes de ir a fusilar o torturar o hacer la vida imposible al librepensador más próximo. Los hubo que, de comunión diaria y de lectura diaria del catecismo o de Camino, se fueron al Consejo de Ministros a legitimar violaciones de derechos humanos y respaldar penas de muerte si se lo pedía su conciencia o, en su defecto, la correlación de fuerzas necesaria para avalar el franquismo hasta que fuera heredable.
Eclesiásticos y variopintos jefes de secta católica respaldaron la limpieza étnica de 40 años de franquismo y sólo a la racionalidad de los laicos extramuros franquistas o vaticanistas se debe que no se haya creado un santoral de réplica destinado a la lucha por la hegemonía en leyendas áureas.
Sólo del censo de maestros de escuela asesinados en la España de Franco por sus ideas no correspondientes a la fe nacionalcatólica tendríamos la base de una lucrativa industria de beatificaciones. Pero no se debe construir una parodia sobre otra parodia de justicia interesada en perpetuar el uso de la energía espiritual del sufrimiento como valor de chalaneo histórico.
M. Vázquez Montalbán. 1998.