viernes , 26 abril 2024

Vigila tu cartílago

¿Quién no me ha dicho por la calle que debo tomar algo para el cartílago alguna vez?

¿Es bueno, es malo… está demostrada su efectividad?

¿Qué es el cartílago en realidad y para qué sirve? ¿Cuáles son sus componentes y sobre qué dieta, cuidados y fármacos debemos dirigir nuestra atención? ¿Es un bulo  invertir en farmacopea? ¿Debo tomar cartílago?

El cartílago: definición, localización y funcionalidad

Se  reconoce como tal a un tejido de origen conectivo que recubre como un tapiz,  la superficie intraarticlar desde la más grande a la más pequeña y garantiza la movilidad de nuestros miembros, propulsión y actividad neurolocomotora través de todo tipo de articulaciones entre dos huesos como es fémur y tibia, por ejemplo, hasta las falanges que conforman las manos y los dedos de los pies.

Ejemplos curiosos pero reales de su presencia  son los propios oídos en los que existen diferentes huesos (yunque, martillo y estribo), sitos en la cadena de transmisión acústica que sufren  microcargas de funcionalidad dentro el complejo mecanismo de la audición. Cadera o rodilla contrastan con superficies de  hasta 300 centímetros cuadrados respecto a 0,05 milímetro cuadrados de los huesecillos del oido .

El cartílago se compone de células denominadas condrocitos,  un entramado de colágenos en forma de malla distribuidos en hasta ocho capas: germinal, radial, proliferativa,…. producido por dichas células y diversas sustancias denominadas glucosaminoglicanos, ácido hialurónico, condroitín sulfato y muchas más sin ánimo de ser exhaustivo.

Debemos diferenciar el cartílago articular maduro respecto cartílago de crecimiento, el cual presenta 7 capas, al que nos referenciamos con esa frase donde todos hemos escuchado ‘mi niño tiene dolor por el crecimiento‘, o ‘se ha hecho daño en el cartílago de crecimiento…’, cuya función es de propio desarrollo, ganancia de longitud, amortiguación, absorción energética de impactos, protección de friciones y cizalladura.

El cartílago presenta escasa celularidad, compensado por  la existencia de una trenzada estructura arquitectónica cupular adaptada  a la forma volumétrica de la articulación que protege a modo de alfombra, y cuyo grosor estriba entre una décima de milímetro (10000 micras) y medio centímetro, como en la rodilla, soportando cargas e impactos según las necesidades de la articulación, tanto deambulando como impactando en carrera o salto.

 A veces, como ocurre en el tobillo, se pueden soportar cargas de hasta 4 a 10 veces más  la cantidad de peso en cada paso de impacto corriendo, según sea tobillo o rodilla respectivamente.

La patología del cartilago, definida en los medios urbanos como ‘desgaste’, provocan  la existencia de un desarrollo de excesivo liquido articular debido a la descomposición de la trama estructural ya sea por microtraumatismos diarios como por un golpe directo o indirecto de alta energía , provocando que  sus componentes se desnaturalicen por lo que se genera inflamacion, dolor, enrojecimiento, calor y rubor.

Es la llamada artrosis, osteoartosis según los norteamericanos,  o poliartrosis si afecta a dos o más articulaciones.

Los factores intrínsecos que condicionan la artrosis son multivariantes: genéticos, bioquímicos y biofisicos asi como anatómicos dependiendo de las características de cada individuo.

Los factores extrínsecos pasan por los  vasculares, reumática como la conocida artritis reumatoide, infecciosa, endocrina como la diabetes, cardiovascular como la hipertensión o la insuficiencia venosa, también denominada “mala circulación”, y la neuromuscular, puesto que los nervios que transmiten información a la articulación y por tanto en feed back o rebote informativo a nuestro cerebro, no funcionan. No olvidemos que un ser humano en su vida diaria puede precisar de entre 3.000 a 5.000 pasos, siendo en distancia esto de entre 4 a 6 km al día.

Prevención y tratamiento

Para mejorar nuestra calidad de vida y establecer una pauta y conducta adecuadas a nuestro vigor y necesidades, lo primero es instruirnos en una dieta sana rica en antioxidantes como la vitamina C y metales como el zinc, el selenio, el magnesio, el cobre dispuestos en las farmacias en multitud de presentaciones.

Lo segundo consiste en practicar ejercicio moderado, y aquel que exceda a nuestras posibilidades, ya que esta actitud condiciona la pérdida de peso y la consecuente sobrecarga mecánica, ayudando a una mejor neovascularización de calidad mejorando la difusión pasiva de la que se nutre el cartílago.

Lo tercero y más importante, es evitar los tóxicos inhalados (tabaco) sin olvidar el exceso de líquidos tales como el alcohol y las drogas.

 Pero, como todo en esta vida, tiene que ser una mezcla de factores y rimas, sin sobrepasarnos en el punto, ni las grasas deberán ser eliminadas de nuestra dieta puesto que son necesarias en su justo porcentaje para nuestro sistema neurolocomotor, ni el alcohol se suprimirá completamente. Hablamos del  vino y la cerveza puesto que el primero proporciona óxido nitroso necesario para mejorar la denominada función endotelial y prevenir enfermedades cardiovasculares  siempre que no superemos 100 ml al día, o una cerveza de 75 a 150 ml al día puesto que contiene, por ejemplo ácido fólico

Por ultimo, existen condroprotectores y otros productos farmacéuticos disponibles en el mercado como el condroitin sulfato y el sulfato de glucosamina, algunos considerados como derivados de los antiinflamatorios, pero cuyo principal objetivo consiste en aportar componentes a la estructura del cartilago.

La efectividad de dichos compuestos en diferentes artículos científicos, foros y revistas esta discutida.  Mi experiencia es positiva a favor de ellos, precisando un control exhaustivo de la posología y pautando un tratamiento con duración máxima de hasta dos años.

Las últimas tendencias desde hace unos 7 años apuntan al uso del “cartílago de tiburón”, la “uña de tigre”, y otros productos de baja eficiencia y muy dudosa o nula efectividad.

También disponemos de derivados farmacéuticos vendidos en herbolarios y parafarmacias de resultado no claramente contrastados, aunque el consejo farmacéutico orienta a fiarnos de aquellos productos con 10 gramos de colágeno al día, sumando con ácido hialurónico , vitamina C y magnesio, dispensados siempre en farmacia con múltiples presentaciones tanto en comprimidos, liquido o en polvo a disolver. Los estudios farmacéuticos avalan su efectividad.

Mi experiencia es positiva entre mis pacientes con estos últimos productos ya que no presentan efectos secundarios, no así los condroprotectores nombrados anteriormente cuya frecuencia es baja.

Queda aún por dilucidar si el denominado efecto placebo influye ponderalmente en dicha sensación de mejoría y en qué medida con estos productos.

Es cierto que hay datos a favor muy interesantes, sobre todo en pacientes del sexo femenino en los que no solo me comentan que sienten su piel más tersa.

Pasando a tratamientos locales, las inyecciones de ácido hialurónico intraarticulares, técnicamente se introducen en la articulación afecta. Mi experiencia es de una mejoría y curación del 97% en articulaciones tales como la rodilla, comenzando a usarse incluso en el hombro cuya efectividad deberá ser probada en estudios más avanzados y de mayor rigor.

Y, por último, la aplicación de compuestos autólogos derivados de la misma  sangre del paciente con carácter ambulante sin requerir ningún ingreso, como son los factores derivados de plaquetas (PDGF) que estimulan la formación de cartílago e influyen en los procesos reparativos del mismo a través de proteínas OP7 Y OP8, son otra opción muy interesante y de alto grado de efectividad precisando varias sesiones en un periodo de tres a seis meses.

En conclusión: conservar el cartílago depende de cada uno pero ponderalmente los factores de riesgo y la elección de algunos de los tratamientos actuales intermitentemente están demostrando el retroceso de la artrosis cuyo estudio formará parte del siguiente capítulo.

(*) Dedicado a Salvador Espinosa Antón

El autor:

Manuel Chaparro Recio es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra y doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Alcalá de Henares, de la que actualmente es profesor asociado del Departamento de Ciencias Médico Sociales y Cirugía de la Universidad de Alcalá de Henares. Especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología y en Medicina Familiar y Comunitaria. Director médico y traumatólogo de la Clínica El Carmen, de Guadalajara.

Ha publicado artículos en numerosas revistas científicas de todo el mundo, entre ellas la Medical Journal of Bone, https://www.ncbi.nlm.nih.gov/, Revista oficial de la sociedad de cirujanos vasculares de Latino América, Intreacte Cardiovascular Thotachic Surgery, Journal of Pediatric Orthopaedics, Latin American Journal of Pharmacy, Revista española de rehabilitación y Medicina Física, XII Congress of the European Society of Cardiology, Revista española de Medicina de Familia, Revista española de Cardiología, Revista española de Cirugía ortopédica y traumatológica.

Acerca de Manuel Chaparro Recio

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