viernes , 10 octubre 2025

‘Los amores feroces’, a partir de textos de Octavio Paz: “Bajo el volcán”

Uno se siente abrumado -a la vez que admirado y agradecido- ante la densa y amplísima producción poética y ensayística de Octavio Paz, premio Nobel de Literatura en 1990 y máximo exponente de las letras mejicanas del siglo XX; por ello considera toda una proeza el mero intento de bucear en las procelosas aguas de su experiencia vital, en el océano de su erudición o en el luminoso, apasionado y turbulento mar de su poesía para rescatar para la audiencia, para los espectadores, ese “trozo de soplo vital”, al que alude la propia directora del montaje para referirse al contenido del espectáculo. Y cabe anticiparse a decir que el empeño en el que se han embarcado todo el equipo técnico y artístico no se ha quedado en ese “mero intento” al que aludíamos arriba. Se ha traducido en resultados tangibles en diversos órdenes.

Los amores feroces. @geraldineleloutre

El primer mérito del espectáculo a nuestro entender es conseguir rescatar del olvido y traer a nuestra consideración un problema que ha preocupado particularmente a nuestro autor: el papel del amor en el mundo actual. En efecto, en su libro de los años noventa La llama doble. Amor y erotismo –ensayo que constituye, por así decirlo, el armazón conceptual del montaje que nos ocupa-, tras el minucioso análisis sobre la génesis, concepto y metamorfosis del sentimiento amoroso, en sus páginas finales expresa de manera apremiante su queja por lo que denomina “el ocaso de nuestra imagen del amor”, una catástrofe mayor -añade- que el derrumbe de nuestros sistemas políticos y económicos porque sería el fin de nuestra civilización. De modo que bienvenido sea, en esta época de trivialización y comercialización de la sexualidad y del placer y de la corrupción del erotismo, una mirada limpia, honda y valiente por los misterios del amor verdadero.

Los amores feroces. @geraldineleloutre

En el orden estético el montaje constituye una verdadera celebración de la palabra poética. Recuerdos y poemas, circunscritos al ámbito de su experiencia amorosa con las diversas mujeres que formaron parte de su vida, se amalgaman en una suerte de itinerario sentimental en el que la dramaturgia, pensamos, no siempre consigue dar cuerpo y forma a un todo armónico y equilibrado; ocasionalmente, incluso, lo episódico, esas pinceladas biográficas intercaladas en el flujo del decir poético viene a ser un lastre al vuelo ascensional del elemento lírico cuando no un mero elemento redundante Y es que, como escribió el propio Octavio Paz a cuenta de la obra de Fernando Pessoa, “los poetas no tienen biografía. Su obra es su biografía”.

Quedémonos pues con el esplendor de la palabra poética, discurriendo a cuatro voces, de cuatro intérpretes de excepción que derrochan talento y oficio para encarnar al mismo poeta y a múltiples personajes de su entorno, que simultáneamente son trasunto de esas múltiples voces en que se desdobla la proteica inabarcable configuración del yo poético. Un vívido recorrido por los recovecos y anfractuosidades del sentimiento amoroso y de los dos sustratos en los que se cimenta y de los que se nutre en su evolución y desarrollo: la sexualidad y el erotismo. Y más que buscar claves explicativas racionales o vivenciales de los textos el espectáculo invita a dejarse impregnar por la emoción, a dejarse “anegar” (Goytisolo dixit) en la infinitud de los versos, “aceptar la impenetrabilidad de sus misterios y opacidades, depurar su incandescencia verbal”.

Y quizá no sea excesiva la metáfora del volcán -avalada por el lugar de la acción al que remite la escenografía de Ikerne Giménez, solo atemperada por la presencia plácida, civilizada, del tálamo nupcial-, para hacer referencia a la intensidad del fuego en el que se consumen los amantes, a la pasión en el encuentro de los cuerpos, al deslumbramiento y la plenitud de la fusión de dos almas, a los zarpazos del despecho, al resentimiento de los celos, a la desesperación por el desvío o la ausencia o al anonadamiento y la soledad de la pérdida; al reconocimiento, en fin, de los estragos del tiempo.

                                                           Gordon Craig, 07-X-2025.

Ficha técnico artística:

Autor: Octavio Paz.

Dramaturgia: Jorge Volpi.

Con: Leonardo Ortizgris, Lucía Quintana, Isabel Pamo y Germán Torres.

Escenografía y vestuario: Ikerne Giménez.

Iluminación: Alberto Rodríguez Vera.

Música y espacio sonoro: Julián Mayorga.

Ayudante de dirección: Kateryna Humenyuk

Puesta en escena: Rosario Ruiz Rodgers.

Madrid. Teatro de la Abadía. 18 de septiembre 12 de octubre de 2025.

Acerca de Gordon Craig

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