lunes , 29 abril 2024

Page, el posibilista, cuatro años más de atraso y sectarismo en Castilla La Mancha

Emiliano García Page acaba de jurar el cargo como presidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha por tercera vez consecutiva: 2015, 2019 y 2023. Lo hace tras conseguir una ajustadísima mayoría absoluta. Ciudadanos, ese partido que le sirvió de muleta entre 2019 y 2023 con la excusa de darle un barniz moderno y centrista, le ha rendido un último servicio al PSOE castellanomanchego al presentar candidatos en las cinco provincias, dividir el voto de centro derecha y conceder una nueva mayoría absoluta a los socialistas por el resto de un puñado de votos sin valor alguno en Ciudad Real.

Castilla La Mancha es el único bastión que el PSOE ha ganado con mayoría absoluta en las últimas elecciones autonómicas, lo que dice mucho de la fidelidad de los votantes socialistas en esta región. Que sea la Comunidad Autónoma con las peores listas de espera sanitarias de toda España, con escándalos diarios de pacientes que denuncian en los medios de comunicación los meses y meses, en muchos casos, años, de espera para ser intervenidos quirúrgicamente, cuando en la comunidad vecina, Madrid, esos tiempos se reducen a la décima parte; o ser la comunidad donde apenas se note crecimiento económico alguno; o que peor está saliendo de la crisis que generó el Covid; o que no se construya ni se fomente la vivienda pública; o que las grandes obras hospitalarias sean un fiasco, tarde, mal, nunca y con remodelaciones antes de sus inauguraciones; o que la Junta haya duplicado el número de altos cargos, asesores o propagandistas en los últimos años; o que Page se haya pasado cuatro años insultando a ancianos, médicos, profesores, periodistas… nada de eso importa a su electorado más fiel, que antepone ideología a bienestar.

García Page durante su tercer discurso de investidura como presidente de la Junta de Castilla La Mancha

Page no es moderado, ni siquiera es centrista. Page es posibilista. Es capaz de decir una cosa y la contraria con tal de mantenerse en el Poder. Si tiene que decir en Toledo que con Bildu ni a la vuelta de la esquina, pero que luego sus diputados nacionales voten que sí con Bildu a todo lo que ordena Sánchez en Madrid, dice que sí al voto con Bildu y aquí paz y después gloria. Si tiene que apoyar la ley Sánchez-Montero que ha puesto en libertad a más de cien violadores y pederastas y le ha reducido la pena a más de un millar, aunque ahora digan que en la Junta ya lo sabían y no les gustaba, pues se vota que sí y los violadores a la calle; si tiene que ponerse detrás de la pancarta del ‘Hermana yo sí te creo’ pero a la vez ocultar el caso del celador del Sescam que, según sentencia judicial, abusó sexualmente de una paciente en el hospital de Guadalajara y a la vez pedir para él la absolución, se pone tras la pancarta y a la vez la Junta ordena a sus abogados que pidan la absolución del abusador; si se tiene que decir en Toledo que España es única e indivisible, pero que a la vez los diputados socialistas castellanomanchegos voten en Madrid para que el independentismo vasco o catalán consiga más financiación de los españoles, aunque en Castilla La Mancha falten autovías o la Sanidad esté en el furgón de cola, pues se vota que sí en el Congreso a favor de más beneficios para las comunidades gobernadas por partidos nacionalistas y/o independentistas… Así todos los días.

Dice ahora Page -en su tercera toma de posesión- que va a gobernar sin sectarismos, algo que provocaría la risa y el sarcasmo si no habláramos de algo tan serio como la convivencia entre iguales y libertades como las de expresión, de pensamiento o de opinión. Page lleva ocho años persiguiendo a políticos de la oposición y la prensa libre e independiente que no se han plegado al dictado de las consignas que a diario salen desde Fuensalida. Page lleva ocho años estrangulando económicamente a los medios libres e independientes, a la vez que cada legislatura destina millones de euros para premiar publicitariamente a medios amigos, por no hablar del despilfarro que supone mantener un canal autonómico de televisión tan oneroso como casposo… Y para demostrar que de centrista nada de nada, Page acaba de nombrar a la concejal del Ayuntamiento de Guadalajara, Sara Simón, un personaje mediocre que solo ha destacado en los últimos años por su sectarismo, radicalidad, prepotencia e insultos a periodistas y políticos de la oposición, como consejera de Igualdad en su Consejo de Gobierno. Todo un insulto a la inteligencia, al diálogo, a la convivencia pacífica. Todo ello no es más que la muestra de esa falta de centralidad de la que quiere presumir Page.

Ilustración de Lloyy Cartón/Mangas

Andalucía dijo no al PSOE hace cinco años, cuando el PP consiguió hacerse con el primer gobierno de centroderecha de la historia de esa comunidad. Eso ha supuesto que de ser una región que ocupaba los últimos puestos en crecimiento económico de España, sea la que lidere el crecimiento del PIB en la eurozona: más del triple en el primer trimestre de 2023.

Por contra, el socialismo ha gobernado Castilla La Mancha 36 de los 40 años que llevamos en democracia con elecciones autonómicas (1983 a 2011 y 2015 a 2023), y eso no solo no ha servido para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, sino para enquistar un poder autócrata y caciquil que no vela por el bienestar de sus ciudadanos, sino por mantenerse en el propio Poder, al precio que sea. Y eso, ha provocado el atraso secular que esta región sigue padeciento. No solo no se aprovecha el tirón de la locomotora económica de España, Madrid, sino que hace todo lo posible por frenar su avance.

A Castilla La Mancha le esperan, por tanto, otros cuatro año más de sectarismo, despilfarro en propaganda y atraso social, cultural, educativo y económico, algo que nos alejará aún más de regiones más boyantes y libres y con mejores servicios públicos como Madrid o Andalucía. Porque los servicios públicos se defienden con unos presupuestos saneados y libres de despilfarro, con fomento y creación de empleo, con autonomía y libertad de empresa, con una buena sanidad y una buena educación…

Y Page, por mucho que diga en sus discursos y venda, gracias a enormes facturas publicitarias en medios locales y nacionales que pagamos todos con nuestros impuestos, que es un ejemplo de centralidad y moderación, lo cierto es que está más cerca del sectarismo que dice rechazar que del liberalismo y las libertades públicas que, a veces, da a entender que abraza.

@HeraldodelHenar

Acerca de Roberto Mangas Morales

Periodista y escritor. Director de EL HERALDO DEL HENARES. El periodismo como fin, nunca como medio…

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