viernes , 19 abril 2024
Fachada de la Audiencia Provincial de Guadalajara, sede también de la Fiscalía y Junta Electoral. Fotografía de Cuka Leyre

Condenados dos de los tres adultos de la ‘manada silenciada’ de Azuqueca a 14 y 12 años de prisión, 5 de libertad vigilada y 15 años de alejamiento por la violación grupal de una niña de 12 años en marzo de 2018

Dos de los tres integrantes mayores de edad de la conocida como ‘manada silenciada’, que en marzo de 2018 violó salvaje y repetidamente a una niña de 12 años en un edificio abandonado de Azuqueca han sido condenados a 14 y 12 años de cárcel, en calidad de autor y cooperador necesario, respectivamente.

Según la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Guadalajara y a la que ha tenido acceso este diario, condena a O.C. como autor penalmente responsable de un delito de agresión sexual a menor de dieciséis años a la pena de catorce años de prisión e inhabilitación absoluta durante el
tiempo de la condena.

Asimismo, condena a O.B.E.H. como cooperador necesario a la pena de doce años de prisión e inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. Este condenado sufre una esquizofrenia paranoide de la que está siendo tratado, si bien el tribunal no lo considera ni atenuante ni eximente al asegurar que «no sufría ningún brote el día de los hechos».

También, impone a ambos la prohibición de aproximarse a la menor A. a su domicilio o cualquier lugar frecuentado por la misma a una distancia no inferior a 100 metros así como comunicarse con la misma por un periodo de quince años. Además, impone a los acusados la medida de libertad vigilada durante cinco años.

Respecto al tercer integrante de la manada mayor de edad, O.A.J., se le absuelve del delito de agresión sexual por el que venía siendo acusado.

En concepto de responsabilidad civil, los referidos condenados O.C. y O.B.E.H. indemnizarán en forma conjunta y solidariamente a la menor A., en la cantidad de cinco mil euros más los intereses legales, por el daño moral causado.

En sus Fundamentos de Derecho, la sentencia recoge que «la relación sexual habida entre la víctima y O.C. con la cooperación necesaria de O.B.E.H. fue constitutiva del delito de agresión sexual al que antes nos hemos referido, en tanto en cuanto los acusados se valieron de la violencia para obtener la satisfacción de sus deseos libidinosos mediante la penetración que realizó a la víctima uno de ellos, encontrándonos ante un supuesto de sometimiento determinado por la intimidación ejercida sobre la menor estando ausente el consentimiento».

Así, el tribunal da mayor veracidad a las declaraciones de la víctima cuando asegura en su fallo que «no concurren en el supuesto enjuiciado circunstancia de resentimiento, venganza, enemistad o cualquier otro motivo ético y moralmente inadmisible, la víctima conocía con anterioridad a los acusados O.C. y O.B.E.H., incluso refiere O.C. habían tenido relaciones sexuales con anterioridad, extremo que hay que decir de partida que carece de relevancia pues aun en el supuesto de que esto hubiera tenido lugar nada impide a la víctima negarse en sucesivas ocasiones».

Continúa la sentencia argumentando su decisión de condena, afirmando que tras ser introducida la menor por varios jóvenes en el interior del edificio abandonado, comenzó la violación.

«En esa situación de miedo y temor, no se olvide que se trata de una menor que solo tenía doce años, con varias personas entrando y saliendo, impidiéndole salir desde el principio, se produjo una situación de sometimiento que a su vez pudiera no percibir con claridad todos los movimientos, alude A. a ruidos como el de bajarse la cremallera de los pantalones, ni identificar con nitidez a quien efectúa cada acto y en qué orden, pero siempre con rotundidad alude a la penetración por O.C. ya que O.B.E.H. no lo hizo pero sujetaba y colaboraba en definitiva a crear la situación ambiental que anulaba su voluntad».

Respecto al tercer mayor de edad enjuiciado, AOA.J., apodado como Rambo, según el tribunal «no ha quedado probada su intervención en los hechos enjuiciados».

«Pese a que A. (la víctima) alude en principio a que llegó un grupo de personas entre las que sitúa a Rambo, lo cierto es que su presencia en la residencia no se considera probada. La propia A. mantiene que Rambo ni la penetró ni la sujetó, no puede asegurar que durante los hechos estuviera dentro o fuera de la residencia, solo refiere que cuando salió estaba con una bicicleta». Por este motivo, la Audiencia lo absuelve de todos los cargos.

Una ‘manada silenciada’ que desveló EL HERALDO DEL HENARES

Ocurrió hace casi ya tres años, el 15 de marzo de 2018. Una niña de 12 años de edad fue supuestamente violada de forma brutal por una ‘manada’ de al menos seis jóvenes de entre 15 y 20 años.

Sin embargo, este suceso fue silenciado por todos los organismos oficiales, que en otras ocasiones sí informan de este tipo de delitos, independientemente de la edad de la víctima, ya que los datos de estas, sean mayores o menores de edad, siempre están protegidos por ley.

Parque del Lavadero, en Azuqueca de Henares

Según pudo confirmar en exclusiva en su día EL HERALDO DEL HENARES, los hechos tuvieron lugar el 15 de marzo de 2018, cuando la menor, una niña española de 12 años de edad, se encontraba en compañía de varios amigos de su edad en el parque del Lavadero de Azuqueca.

Sobre las 13,00 horas, se presentaron varios jóvenes, todos ellos de origen marroquí y alguno nigeriano. Algunos de ellos eran conocidos de la víctima por el entorno escolar o de amistades comunes.

Según consta en las declaraciones de los testigos en el atestado policial, estos jóvenes cogieron a la niña y a una de sus amigas y se las llevaron en volandas a un edificio abandonado próximo al parque, una antigua residencia de ancianos de la calle Virgilio Navarro, que lleva varios años cerrada.

Edificio abandonado en Azuqueca donde se produjeron los hechos

Allí, supuestamente, las introdujeron en una de las habitaciones del edificio abandona, en donde las retuvieron durante unos minutos mientras entre ellos discutían en su idioma. Minutos después, liberaron a la amiga “por ser mora”, según le explicó esta última a la víctima antes de abandonar la casa.

A continuación, se consumó la supuesta agresión sexual en la que participaron algunos de los integrantes de la manada, liderados por uno de los mayores de edad, O.Ch., que acababa de cumplir los 18 años el día de los hechos, y por el resto de menores que ya fueron condenados en un juicio previo tras un pacto con la Fiscalía de Menores.

A pesar de los gritos de la niña, sus compañeros no pudieron ayudarla ya que, según declararon ante la Guardia Civil, en la puerta siempre había uno de los agresores amenazándolos con un palo para disuadirles de entrar: “El que entra, no sale”, les decía.

Finalmente, tras unos 45 minutos de tortura, y cuando todos terminaron y se fueron, la niña pudo vestirse y salir a la calle donde aún seguían sus amigos.

Esa misma tarde, la Guardia Civil de Azuqueca de Henares comenzó sus investigaciones y realizó las primeras detenciones. En total, fueron identificados tres menores, así como tres mayores de edad.

La amiga de la víctima aseguró a la Guardia Civil que O. Ch. había dicho antes de entrar en la vivienda que “iba a violar a su amiga y cuando salió dijo que ya había hecho lo que tenía que hacer”.

Cuartel de la Guardia Civil de Azuqueca

Según informaron a este diario en su día fuentes jurídicas, tres de los menores pactaron sus penas con la Fiscalía y ya han sido condenados a tres años de internamiento en un centro cerrado y vigilado, más otros cinco años de alejamiento respecto de la víctima una vez que cumplan la pena privativa de libertad.

El padre de la menor: «Recibimos amenazas del entorno del acusado»

Joaquín, el padre de la menor violada, no cree que con la sentencia se hará justicia. «Mi hija tiene graves problemas desde entonces, además de que está ingresada en un centro de Menores alejada de la familia».

Pero no por ello ha dejado de recibir amenazas de los miembros de la manada desde que todo ocurrió. Las más graves, según Joaquín y según confirmó en su momento la Fiscalía ante el juzgado, las que llegaban del cabecilla del grupo y que eran transmitidas por su novia a la pequeña.

«Un día la novia se presentó en mi casa y tuvo el valor de ofrecerle a mi hija, una niña de 12 años, un coche Volkswagen casi nuevo y 20.000 euros en metálico para que retirara la denuncia contra su novio encarcelado. ¡Hay que tener valor para ofrecerle eso a una niña de 12 años a espaldas de sus padres!».

Joaquín dice que mantuvo el silencio que le había pedido el capitán de la Guardia Civil a pesar del dolor que le suponía callar unos hechos tan graves y tener la sensación de que estaban sufriendo más ellos que los responsables.

Por eso, cuando este diario desveló en primicia lo ocurrido, afirma que «sintió alivio, y, sobre todo, por la forma de narrarse los hechos. Nada que ver -asegura- con esos programas rosas de televisión que tras darse a conocer lo ocurrido llegaron a Azuqueca como buitres y hasta que no dieron con mi familia no pararon. Tuve que frenarlos porque querían entrar hasta en casa a tomar imágenes de mi niña».

Acerca de Roberto Mangas Morales

Periodista y escritor. Director de EL HERALDO DEL HENARES. El periodismo como fin, nunca como medio…

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