sábado , 27 abril 2024

Abarth 500e: ecológico y con todo el ADN que implica ser un Abarth, con sonido «racing» incluido

Un coche diferente que acapara miradas por donde va por su exclusivo diseño y encandila a cualquier amante de las sensaciones deportivas.

Indudablemente, llevar el nombre de Abarth trae implícito una serie de características que convierten a cada modelo en casi único y en objeto de deseo. El 500e que hemos tenido ocasión de «disfrutar» puede llegar a tener defensores a ultranza y, sin embargo, también puede crear mucha controversia entre muchos amantes del mundo Abarth.

Fotografía de José Andrés Merino

El mero hecho de ser un eléctrico Abarth ya dice mucho. ¿Un auténtico deportivo italiano eléctrico? Como ya dijo en su presentación el máximo responsable de Abarht, el 500e es un coche «políticamente incorrecto». Y desde luego que es un coche que no deja indiferente a nadie. Un coche eléctrico que tiene el sonido de un auténtico deportivo.

Un toque al botón de start y el silencio que debemos sentir al arrancar un coche eléctrico no existe. Tal vez por eso sea políticamente incorrecto, un coche ecológico pero que produce contaminación acústica. Y es que los altavoces que reproducen el sonido del motor lo hacen simulando un auténtico deportivo: el que producen los escapes Record Monza del 595 de combustión.

Estética

Los ingenieros de Abarth no dejan nada a la improvisación y todo está perfectamente estudiado para acaparar la mirada de cualquiera. Si ya de por sí, el 500 es un coche curioso que llama la atención, el Abarth, lo es mucho más. En primer lugar, sus llamativos colores ya son dignos de elogio. En nuestro caso, hemos tenido la versión azul poison.

A pesar de la continuidad en el diseño, este Abarth, gracias a sus líneas angulosas, que aumentan su deportivo carácter le convierten en coche atemporal, que difícilmente se pasará de moda. La parte delantera destaca por un paragolpes muy llamativo con la parrilla totalmente cerrada, albergando en la parte baja una rejilla de ventilación simulando las de los coches de combustión y los grupos ópticos divididos en dos secciones. En esta parte delantera, en el nuestro caso equipa un «spoiler» terminado en blanco con la inscripción de Abarth.

En la vista lateral destacan de forma especial las preciosas llantas, con el logo del Scorpion en el centro tapando los tornillos y dejando a la vista los discos y las pinzas de freno. Siguiendo con el lateral, en el centro de la aleta trasera, otro logo del Scorpion que nos recuerda que tenemos delante un Abarth.

Fotografía de José Andrés Merino

Si nos vamos a la parte trasera, notamos la ausencia de escape, lo que delata indudablemente, a pesar del sonido que emite, que tenemos delante un eléctrico. En la parte alta, en la terminación del techo, un pequeño alerón que alberga la tercera luz de freno, aumenta aún más su imagen deportiva.

La base elegida para esta versión es la procedente del Fiat pero con las modificaciones necesarias para su comportamiento no se vea comprometido. A pesar de que su batalla ha aumentado 2,4 centímetros, el Abarth sigue siendo pequeño. Donde se nota algo más es en la anchura de sus ejes, que han crecido 6 centímetros en cada lado, algo muy de agradecer ya que su estabilidad y rendimiento es impresionante gracias a ello.

Interior

De la misma forma que las líneas exteriores no dejan indiferente a nadie, el interior sigue la misma tónica. Diseño deportivo con toque exclusivos muy en la línea de lo que nos tiene acostumbrados Abarth y combina en el habitáculo perfectamente el carácter extremadamente deportivo con ciertos toques de confort, como puede ser el tejido Alcántara en los asientos. Estos últimos tienen acabado tipo bacquet, que ajustan perfectamente sobre todo cuando adoptamos la conducción deportiva. Están acabados en dos tonos, con el logo Scorpion bordado en la zona de la cabeza y con los ribetes en dos colores.

Fotografía de José Andrés Merino

La posición del conductor permite tener toda la instrumentación al alcance de la mirada, teniendo una virión lateral y frontal. La trasera por el espejo retrovisor central queda algo mermada por el diseño de la luna (no olvidemos que es un cabrio que esconde la luna al descapotarlo). Para facilitar la maniobra de aparcamiento dispone de cámara trasera.

Uno de los puntos que llaman la atención junto con los asientos, es el volante, de diseño deportivo con la parte inferior achatada y de tres radios. Muestra una combinación de cuero y piel vuelta con aluminio que le dan un toque además de deportivo, de confort y lujo.

Fotografía de José Andrés Merino

Completando la zona delantera del habitáculo, el conductor dispone de dos pantallas. La más grande, que controla todo el sistema de infoentretenimiento es de 10,25 pulgadas y está situada en el centro del salpicadero. Justo detrás del volante, una de 7 pulgadas TFT informa de todos los datos necesarios del Abarth.

Fotografía de José Andrés Merino

Solo por comentarlo, ya que la capacidad del maletero en un coche como este es simplemente anecdótica, dispone de 185 litros de capacidad.

En marcha

Eléctrico y deportivo, así es el 500e Abarth. Equipa un motor que rinde un potencia de 155 caballos, cifra más que suficiente para mover con soltura al 500e. La velocidad máxima se queda en 155 km/hora, limitada por cuestiones de seguridad por el motor eléctrico. Como es norma en estos coches, la entrega de potencia es brutal y totalmente lineal desde el primer instante que apretamos el acelerador.

Dispone de tres modos de conducción:

  • Scorpion Track, que muestra el carácter más deportivo del 550e y pensado para los que buscan las máximas prestaciones dejando de la lado el tema del consumo
  • Scorpion Street: pensado para maximizar la frenada regenerativa (se puede conducir sin casi usar el pedal del freno) con un buen compromiso entre rendimiento y consumo.
  • Turismo: aceleraciones muy suaves y progresivas , menos potencia final dando como resultado un buen comportamiento con una mayor autonomía.

Durante nuestra prueba, con una conducción normal 50% ciudad, 50% carretera, el consumo ha estado siempre por debajo de lo 16 kWh, llegando algún momento a estar rondando los 13 cuando más ciudad hacíamos. Con la batería de 42 se podría llegar a superar los 200 km sin tener miramientos con los consumos y conduciendo sin piedad a la hora de apretar con el pie derecho.

Si disponemos de un cargador super rápido de 100 kWh, de poco nos va a servir, ya que la carga está limitada a 85, que en la práctica se traduce en que es posible alcanzar el 80% de la batería en poco más de 30 minutos. Si solo disponemos del de 11 estandar, la carga se puede ir hasta las 4 horas.

Fotografía de José Andrés Merino

El 500e Abarth se mueve como pez en el agua en los tramos revirados. Es un auténtico placer apretar sin piedad y notar como se pega la espalda al asiento. Es fácil, en curvas muy cerradas nota pérdidas de adherencia en el tren delantero, pero aún así la velocidad de paso por curva es muy alta y con altos niveles de estabilidad. Las largas autovías no son santo de su devoción ya que no es un coche que esté pensado para ello. El «ruido» que emite su motor puede llegar a molestar ligeramente después de un largo rato a velocidad 120 Km/hora constante. Es un handicap, pero también hay que saber que este coche no esta pensado para esto.

Sin duda un auténtico juguete, que permite conducción deportiva con un sonido embriagador al mismo tiempo que, gracias a etiqueta ecológica, permite circular sin restricciones por cualquier ciudad de España.

Acerca de José Andrés Merino

Fotógrafo y redactor motor. Pruebas y noticias del mundo del motor…

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