sábado , 20 abril 2024

‘Ahab. Viaje al infierno’, de Teatro Percutor: “Un ‘Moby Dick’ de bolsillo”

Poco o nada puede revelar este montaje de bolsillo a los conocedores de la monumental obra de Melville, con la que el escritor se consagró, tras Hawthorne (La letra escarlata), como el gran artífice de la narrativa autóctona norteamericana. Teatro de títeres, de objetos, más bien -tan solo la figura del capitán Ahab, cobra ocasionalmente vida en manos del manipulador-, e ideado para un público infantil no puede dejar de reconocerse a Sergio López, responsable del espectáculo, el esfuerzo, loable, por dar a los neófitos, jóvenes o no, la oportunidad de descubrir este portentoso relato de aventuras, que a la vez, es un intenso viaje a las profundidades del alma humana, allí donde yacen nuestras más oscuros e inconfesables deseos, terrores y obsesiones.

Según algunos estudiosos, la permanencia del teatro a lo largo de los siglos como una forma de expresión artística, en competencia, sobre todo en las últimas décadas, con el espectacular avance de las tecnologías de la imagen -léase cine, video, televisión o incluso con la reciente realidad virtual-, la permanencia del teatro, digo, se debe a su carácter artesanal, es decir, a que se sirve de materiales y elementos muy primarios: la voz y el cuerpo del actor y unos sencillos materiales que conforman la tramoya. Pues bien si hay una manifestación o forma escénica en la que prevalece sobre todo ese carácter artesanal es en el teatro de títeres.

Aquí, una tabla informe sobre un balancín, un pequeño retal de tela blanca sujeta con cuerdas a un rudimentario mástil de madera sin desbastar pueden transformarse en del Pequod, el ballenero de la flota de Nantucket que persigue sin descanso a la ballena blanca; unos diminutos muñecos articulados constituyen la tripulación y un barreño de agua puede sustituir con ventaja a las cálidas aguas de los mares de Sur o al tumultuoso oleaje que espera al ballenero tras doblar el cabo de las Tormentas.

Y aunque cuarenta minutos no dan para mucho, cabe resaltar al menos que en la vívida evocación de la singladura del Pequod en su persecución del Leviatán, Sergio López, el director y adaptador del texto, no se anda con paños calientes y no convierte ese verdadero viaje al infierno en un edulcorado serial a lo Walt Disney, sino que reproduce, con medios rudimentarios, como ya se ha dicho, pero eficaces, la dureza de las condiciones de la vida a bordo de una barco de estas características; la enervante sensación de soledad, de pequeñez en medio de la inmensidad del océano; el pánico o la fiereza de la lucha por la supervivencia cuando arrecia la tormenta; o la saña y la crueldad con la que los arponeros se entregan a la matanza de cetáceos y a su posterior descuartizamiento a las órdenes a un iracundo y desquiciado capitán Ahab, ahíto de odio y de sed de venganza persiguiendo su inexorable destino trágico.

Un digno espectáculo de pequeño formato que tras el delicado ropaje de un relato para niños esconde una oportuna lección de realismo para los integrantes de estas última generaciónes, criados en una sociedad muelle, acomodada y hedonista que protesta por tener que bajar una grado la calefacción o monta un algarada callejera al enterarse de que se ha dado muerte a un perro contagiado por el virus del Ébola.

Gordon Craig, 13-XI -2022

Ficha técnico artística:

A partir de Moby dick, de Herman Melville.

Teatro Percutor.

Adaptador y puesta en escena: Sergio López.

Manipulador: Sergio López.

XL Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid.

Casa de Cultura de Torrelaguna. 12 de noviembre.

Acerca de Gordon Craig

Ver también

‘Pequeñas cartas indiscretas’, 2023, de Thea Sharrock: «Una historia difícil de creer, si no fuera porque es real»

“Te la han metido tantas veces que tienes en ese coño una fábrica de salchichas”. …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.