lunes , 29 abril 2024

Goyas 2024, una nueva experiencia

Empecemos con la Gala:

En abril del año pasado me nombraron académico asociado de la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de España, lo que me ha dado la oportunidad de asistir, por primera vez, a la gran fiesta del cine español, los Goyas.

Me acompañaba mi hija Marta que es un encanto y, además, guapísima por lo que pasó sin complejos como una de las posibles actrices del star-system patrio.

Este es uno de los factores decisivos por los que disfruté de esta gala, que volvió a durar más de tres horas y media.

En relación proporcional a mi estatus dentro de la Academia nos tocaron unas localidades penosas, dentro de ese inmenso auditorio que se había montado en la Feria de Muestras de Valladolid.

A la salida del hotel hacia el autobús un numeroso grupo de fans al ver a Marta se pusieron como locos a hacerle fotos.

La Feria de Muestras estaba acordonada por la policía, con un buen montón de furgones, que en la transición llamábamos tocineras. Las amenazas de los agricultores de boicotear el acto estaban muy presentes en todos nosotros.

Al bajar del autobús alguno de los invitados comentó la posibilidad de que fuéramos recibidos a tomatazos. El grupo de manifestantes, con una pequeña pancarta, era muy reducido y, si gritaban, no se les oía acallados por la mayoría del público que llamaba a los famosos.

En un inmenso hall compartimos charla con mi amigo Pepe Málaga y su bella acompañante. Fuimos saludando a bastantes amigos y conocidos. Conseguir bebida en las barras era imposible, menos mal que había unos bidones de agua con vasitos de cartón.

Habíamos sido previsores e hicimos una merienda contundente ante la posibilidad de la ausencia de cena.

En el ángulo superior izquierdo del auditorio teníamos nuestras localidades. El escenario estaba en la lejanía y además una grúa nos impedía la correcta visión. Menos mal que una pantalla gigante nos permitió seguir la gala como si estuviéramos en casa, pero con la emoción del directo.

Si analizamos por partes la gala  impresiona mejor que en su conjunto.

Los Javis junto con Ana Belén como presentadores estuvieron muy acertados. No usaron la comedia de chistes sino que apelaron a la nostalgia y al sentimentalismo. Jugaron con sus experiencias personales para rememorar las galas que mejor recordaban.

Hay que reconocer el carisma de esta pareja de jóvenes que sumado al de la veterana Ana Belén consiguieron que sus presencias nos parecieran escasas.

El In memoriam estuvo estupendo, con un público en silencio y de fondo Procuro Olvidarte, canción de Hernaldo Zúñiga. Interpretado por Silvia Pérez Cruz y Salvador Sobral, ambos artistas han recordado cantando a coro y acompañados de un chelo en directo a actrices como Carmen Sevilla, Concha Velasco, María Jiménez o Itziar Castro, fallecidos el año pasado.  

Me ilusiona pensar que cuando fallezca también me sacaran en la pantalla, Ramón Bernadó, periodista de cine.

Ana Belén y los Javis homenajearon a Concha Velasco de manera sorpresiva cantando Mamá quiero ser artista. Actuación muy bien recibida por el público.

El #SEACABÓ fue el lema de la noche, con varias alusiones en la ceremonia mientras aireábamos los pai pai´s que se repartieron, que, por cierto, a mí me dio la vida, refrescándome del calor de la sala.

Los Estopa interpretaron Quiero ser libre de Los Chichos.

Amaia y Bisbal abrieron las actuaciones musicales con Mi gran noche, ante la mirada atónita de Sigourney Weaver que no comprendía porque hacía tanta gracia esta versión del tema de Raphael.

Muy simpático el homenaje a los 25 años de Todo sobre mi madre, uno de los escasos Oscar del cine español, con Almodóvar y sus chicas en el sofá mítico de este film.

Almodóvar volvió a salir al final para entregar el premio junto con Penélope Cruz a mejor película y aprovechó la ocasión para decirle al Vicepresidente de la Junta de VOX “te odio”, que había hablado de los señoritos del cine que viven de subvenciones de películas que no ve nadie. El director manchego y más universal de nuestro cine era la persona más adecuada, que financia sus películas con su propia productora El Deseo y no recibe ayuda alguna porque no la necesita, ya que sus películas tienen una difusión mundial. Un auténtico mensajero universal de España.

Estupenda la intervención institucional del presidente de la Academia Fernando Méndez Leite, que supo aprovechar su habitual sorna que es marca de la casa, para construir un discurso divertido y reivindicativo sin que lo pareciera.

Sigourney Weaver fue el Goya de Honor internacional. Presentada por Bayona realizó un discurso brillante con el homenaje a su dobladora en español. Una actriz con un inmenso carisma.

Hasta ahora las partes positivas de esta Gala.

Ahora lo negativo.

Se reparten treinta premios y todos los galardonados al ser nombrados besan a sus amigos y parientes cercanos, salen al escenario emocionados y nerviosos y empiezan a citar agradecimientos en ristras interminables de nombres, que no tienen ningún sentido. No digamos si el premio es compartido por varios directores o productores, todos hablan y hablan…

Esto hace que la gala sea interminable y tediosa. Todo lo anteriormente dicho en la parte positiva queda eclipsado por casi cuatro horas de ceremonia con agradecimientos sin sentido y sin interés.

Algunas de las intervenciones o todas, tal vez, por separado pueden tener algún atractivo, pero en conjunto resulta un bodrio inaguantable.

Yo lanzo la idea imposible de llevar a la práctica de unas galas pequeñas en la Academia donde se pueden repartir los premios técnicos un día, otro los de cortos y documental y dejar para la gran gala los actores, dirección y películas. De esa manera se conseguiría reducir la gala a la mitad con los premios que de verdad interesan al gran público, consiguiendo un espectáculo ameno que se puede seguir de principio a fin.

A Marta y a mí se nos hizo soportable por la emoción de la vivencia en directo y porque a mitad salimos a estirar las piernas, ir al servicio y beber agua en vasitos de papel. En ese tránsito nos encontramos con Enric Auquer, del que es fan mi hija, con el que se pudo hacer una foto. Por cierto, la verdad es que hacían buena pareja.

Seguimos con los premios:

Yo creo, que a estas alturas, todos lo sabemos.

La gran ganadora La sociedad de la nieve, con doce Goyas y con J. Bayona llorando con cada premio.

En segundo puesto 20.000 especies de abejas con tres y en tercero Robot Dreams con mejor película de animación y mejor guion adaptado.

Bayona hizo un discurso en defensa de su visionado en pantallas de cine y la compatibilidad con las plataformas.

Está claro que Netflix, con un presupuesto que supera el del resto de producciones todas juntas sumadas, iba a arrollar en las categorías técnicas con premios cantados e indiscutibles. Hablo de fotografía, montaje, efectos especiales, maquillaje y peluquería…

En cierto modo es la aceptación de una realidad. Que las plataformas, en este caso Netflix, van a ser protagonistas del cine español y mundial.

También es un gran espaldarazo a la película que hemos conseguido colocar para los Oscar. Bayona se ha entregado en cuerpo y alma a la promoción y Netflix va a aportar todo su capital para que esa promoción sea apabullante.

Por otra parte es una reconciliación de Academia y público, que coinciden en sus gustos y acerca la Academia a un público que puede desconfiar menos de las decisiones de esta institución.

No está nada mal el resultado de 20.000 especies de abejas, una ópera prima de una directora debutante, que ya se había llevado los Feroz y los Forqué.

Lo cierto es que el Goya a la mejor película estaba muy abierto, porque la tercera en discordia era Cerrar los ojos, la película de Erice que contra todo pronóstico había ganado el Carmen (Premio de la Academia andaluza) a mejor película. Existía la posibilidad que los académicos quisieran rendir un homenaje a Erice en su última película, pero no fue así y solo se llevó el Goya Pepe Coronado como mejor actor de reparto.

Hablemos de las perdedoras.

Una de ellas sin duda es Un amor que se fue de vacío. Igual podemos decir de Creatura, una magnífica película de Elena Martín, que se marchó con las manos vacías.

Si os fijáis el éxito se lo han llevado, sin tener en cuenta La sociedad de la nieve, las películas que han pasado por Málaga, que con 20.000 especies de abejas, Matria con la nominación de María Vázquez a mejor actriz y el sleeper del año Upon Entry, han sido producciones de largo recorrido que han salido triunfantes en la temporada de premios.

En cambio la película de Coixet y la de Elena Martín que fueron a San Sebastián se han ido de vacío en estos Goyas, y la Concha de Oro, O corno, solo se ha llevado mejor actriz revelación.

Tal vez, por eso ese año directores consagrados como David Trueba, Isaki Lacuesta y Celia Rico han apostado por Málaga.

Os pongo la larga lista de premiados en la web de la Academia.

Terminamos con el famoseo:

Después de haber asistido a la fiesta posterior a la gala he comprendido que los Feroz, en los que tengo mucha experiencia, son de juguete comparados con este evento que nos ocupa.

Los Goya son como 20 veces los Feroz, con un número de invitados es inmenso.

La fiesta se celebró en un gigantesco pabellón de la Feria de muestras de Valladolid, con barras de vinos, otra de cervezas, otra de cócteles…

Los camareros se abrían como podían paso entre la muchedumbre hambrienta.

Había una actuación musical y varios DJs a los que muy pocos parecían hacer caso, con luz y volumen de discoteca, donde mantener una conversación era prácticamente imposible.

Anduvimos Marta y yo por la inmensa sala tratando de encontrar a Pepe y su novia, objetivo que no conseguimos, a pesar de más de los 2.000 pasos que dimos de allá para aquí.

Tampoco vimos a mi gran amigo Carlos Taillefer un miembro destacado y muy conocido en la Academia.

Menos mal que nos encontramos con Diego Ferro y su acompañante. Diego es un actor que además está en la Fundación Pedro Cerolo y que es amigo de Marta desde la infancia y mío desde hace unos años que coincidimos en el Festival de Málaga.

Mientras recorríamos la inmensa sala, Marta iba haciéndose fotos con famosos, yo ejercía labores de fotógrafo. Pudo saludar a Pepe Sacristán, a Macarena García, a Alba Flores, a Patricia López Arnaiz, a J. Bayona con el mantuvo una corta charla, a la alcarreña Laura Galán, tan simpática como siempre, a David Trueba, a la ganadora del Goya a mejor interpretación protagonista Malena Alterio a la que pillamos tomándose un canapé…

Nos retiramos pronto, antes de las cuatro de la mañana.

Con mi tendencia natural al madrugueo, a las 8.00 estaba paseando por las calles de Valladolid. La calle Santiago que es como la calle Preciados de Madrid, o Sierpes en Sevilla, o Larios en Málaga, o la calle Alfonso de Zaragoza, estaba ornamentada con carteles de ganadores de Goyas. Como no me los pude hacer con los de carne y hueso me hice selfis con los de cartón.

Lo cierto es que me lo he pasado fenomenal, pero todo gracias a la compañía de mi hija, que es una auténtico encanto y además se ha adaptado perfectamente al famoseo. Espero que el año que viene me acompañe a Granada.

Muchos besos y muchas gracias.

Chistes y críticas en holasoyramon.com

Crítico de Cine de El Heraldo del Henares

​​Colaborador de Esradio GuadalajaraAlcarria TV, Nueva Alcarria y GuadaTV Media

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Acerca de Ramón Bernadó

Cinéfago compulsivo desde la infancia. Cuando veo una peli no puedo resistir la tentación de escribir una crítica…

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