Dentro del ambicioso paquete de propuestas que presentó la alcaldesa Ana Guarinos en el Debate sobre el Estado de la Ciudad, el refuerzo de los servicios públicos de la ciudad y la consecuente mejora urgente en el transporte ferroviario y por bus entre Guadalajara y Madrid sigue siendo uno de los puntos candentes heredados por la pésima gestión del anterior gobierno de Alberto Rojo. Y es que el legado de este último, en esta materia, permítanme expresar, ha sido lamentable.
Crónica de Andoni Madrid. Fotografía de Cuka Leyre
No es de recibo que una capital de provincia con más de 90.000 habitantes, y a media hora de Madrid, como es Guadalajara, tenga una política de transportes tercermundista.
Y es que nos prometieron una amplia lista de mejoras hace años que hoy en día ni están ni se les espera, como la modernización de la flota, modernas marquesinas, mejora conectividad entre barrios, la incorporación de vehículos híbridos y eléctricos, el uso de sistemas de gestión de flota para crear una red más sostenible y eficiente, y un largo etcétera.
Todo este paquete de mejoras ayudarían a que nuestra ciudad fuera un destino turístico apetecible y no una ciudad de cuarta categoría como sucede en la actualidad, aunque algún despistado se siga preguntando sobre el porqué del fracaso turístico de la ciudad. ¿Blanco y en botella, no creen?
Por eso, el ciudadano de a pie se pregunta si se está barajando algún plan por parte del Ayuntamiento para hacer frente al penoso servicio de transporte público que se está dando en la actualidad. ¿Mejorarán las frecuencias en los buses urbanos, o las esperas seguirán siendo interminables en obsoletas paradas de buses sin techar? ¿Seguiremos tardando más de una hora y media como mínimo en ir a Madrid en transporte público? ¿Qué hay de los buses y trenes directos a Madrid? ¿Habrá otro recorte en el servicio de trenes CIVIS que nos conectan con Madrid? ¿Hasta cuando seguiremos sufriendo los eternos retrasos y cancelaciones por parte de RENFE y, por ende, del Gobierno Central?
De vergüenza, señores, de vergüenza lo que pasa en nuestra ciudad y que sufrimos los miles de usuarios de transporte público que no tenemos más remedio que hacer uso de él en nuestros desplazamientos.
SUFRIDORES en mayúsculas de irregularidades en los horarios de trenes, de autobuses, falta de seguridad en los alrededores de las estaciones y en los vehículos, estaciones viejas y obsoletas que nos ofrecen un estado lamentable, y un sinfín de quejas que hacen de este Servicio Público un Servicio ineficiente.
Y es que la sensación que tenemos los SUFRIDORES del transporte público es que se están riendo de nosotros y les da igual la gestión de nuestro tiempo, tiempo que es igual de valioso que el de nuestros gobernantes calentando sus cómodos sillones de cuero sin hacer nada al respecto.
No estaría de más la implementación de la tecnología en marquesinas y en los propios autobuses urbanos, como una optimización de rutas y mejora de la conectividad de barrios, ¿no?
Todo esto supondría seguro una mejor planificación de los servicios de transporte, como la monitorización en tiempo real y sistemas de pago digital, sin olvidar tampoco de una infraestructura de peatones adecuada, que desde mi punto de vista es complemento indiscutible del transporte público: un mejor diseño y mejora de las vías y aceras facilitan la movilidad peatonal, promoviendo la sostenibilidad y creando espacios más amigables y funcionales.
En fin, una amplia lista de sugerencias que deberían tenerse en cuenta señor Santiago López, concejal de Transportes, para que el despegue de nuestra ciudad sea un hecho. ¿O no?
Esperemos que muchos de estos problemas, no solo los de competencia municipal, sino los de competencia estatal, se intenten solucionar desde el propio Ayuntamiento, trasladándolos de primera mano al ministerio. Porque si lo dejamos en manos del más que demostrado incapaz de gestionar su departamento, hablamos del ministro tuitero Óscar Puente, no saldremos nunca del caos y de la pésima gestión del transporte público al que nos tiene acostumbrados el Gobierno de España.
El Heraldo del Henares

