miércoles , 11 diciembre 2024

Dos caminos para aprender: uno, la belleza natural

Gracias a las fotografías de P. J. Monedero, cuyo amor por la naturaleza y la belleza, pudieron los lectores apreciarlas en el escrito publicado el 6 de julio, sobre los pájaros. https://www.elheraldodelhenares.com/op/no-cambies-aunque-escuches-el-estruendo-de-las-armas/

Pinzón real macho. Fotografía de P. J. Monedero

Hoy gracias a su generosidad, se amplía a otros seres vivos, que ha podio captar en sus salidas a la naturaleza, en el Alto Campoo, Cantabria (España).

Creo que interesa poner de manifiesto la belleza y la vida de los animales en su medio natural. Allí son observados sin miedo; libres y capaces de mirar al ser humano de la cámara, porque su cercanía no representa para ellos peligro alguno.

El fotógrafo P. J. Monedero

Captarlo y mostrarlo no es cosa de un día, hay que encontrar el momento. En la naturaleza, vivos y libres, los animales se mueven,ven, escuchan, huelen, se alimentan y se reproducen, y  se puede observar que tienen sentimientos.

Eso es lo que puede captar quien se acerque a ellos o bien los tenga en casa. Como diría Gandhi, «un buen ser humano, es amigo de todo aquello que vive».  Esa frase encierra dos ideas:  que los humanos no son las únicas formas de vida que hay que respetar y,  que quien aprecia y respeta todas las formas de vida, merece ese título.

Ardilla roja. Fotografía de P. J. Monedero

Había que dar pasos personales y como sociedad.  Hace 10 años, escribí que «quienes amamos la naturaleza y la vida que hay en ella, quienes tenemos el privilegio de convivir con algunos animales, quienes disfrutamos diariamente de su compañía, quienes hemos comprobado que nuestros hijos crecen amando con ternura a los animales, creemos que la nueva normativa (sobre la utilización de animales en el laboratorio)  era absolutamente necesaria».

La vida y la belleza que el alma permite ver

Pensadores y estudiosos – ya desde la antigua Grecia-, dijeron que estos seres que llamamos «animales» tienen alma. Pero han tenido que pasar muchos siglos antes de que fuera una idea aceptada no solo en la sociedad civil sino sobre todo en las distintas ramas científicas.

Tienen  algo tan complejo y tan básico como es el instinto, que no tiene el mismo significado para la psicología popular que para la neurociencia. Los animales no tienen ambiciones, respetan y en general comparten forma de vivir e incluso se ayudan, tienen memoria e inteligencia y de algún modo, también empatía por lo que sienten y sufren.

Corza con sus crías gemelas. Fotografía de P. J. Monedero

Que los animales tengan alma o no, es un debate importante. El respeto y el trato que han recibido o reciben, ha sido consecuencia del humanismo excluyente, de la influencia religiosa y la prepotencia del homo sapiens. Que el hombre haya sido encumbrado, filosófica y teológicamente a la categoría de «rey de la creación«, ha permitido crueldades o disculpado atrocidades, sobre los otros seres de la creación, e incluso sobre los mimos humanos hasta bien entrado el siglo XX.

Hoy, las religiones orientales (sobre todo la fuerza de Shamballa ha sido poderosa por su impacto directo sobre la conciencia humana) y las judeocristianas van por caminos bastante convergentes sobre los animales. Ciertas ideas (ya superadas) y actitudes históricas sobre los animales nacen de las opiniones filosóficas, -cartesianas especialmente-, con su pienso luego existo”. Los animales, al  no ser  pensantes, eran otra cosa casi mecánica.

Ciervo adulto. Fotografía de P. J. Monedero

El instinto es algo heredado e innato; nacemos con él. En el reino animal, los instintos se conservan y cumplen una función vital. Entendidos como un modo de conocer o actuar basado en sentimientos, sensaciones y motivaciones, no vienen del análisis sosegado, sino que surgen de forma súbita. No se olvide que los humanos somos animales también.

Fue precisamente en julio de 2012, en un encuentro internacional de neurología en la Universidad de Cambridge, para reevaluar los sustratos neurobiológicos de la conciencia y los comportamientos relacionados en animales, -humanos y no humanos- dieron a la luz el documento On Consciousness in Human and non-Human Animals , que reconoce y proclama, por primera vez desde el ámbito científico, que los animales superiores poseen consciencia o vida subjetiva, y que esto debe ser tenido en cuenta a todos los efectos.

El descubrimiento relativamente reciente de las “neuronas espejo” que se activan cuando un animal ejecuta una acción y cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo, ha sido claramente observado en múltiples ocasiones en primates. Todo apunta a que la empatía en estos seres vivos está presente.

Pero hay un dato, que debe hacer pensar como espejo, que es el negocio de la carne: «La cifra de animales sacrificados en los mataderos españoles continúa creciendo llegando hasta los 910 millones en 2018; supone 2,5 millones de muertes cada día, 104.000 cada hora y 1.700 cada minuto. Y… no hablamos de los animales que hoy mostramos, porque no hablamos de la caza, ni los del laboratorio antes citados, sino de los más cercanos a los humanos.

Cría de ciervo. Fotografía de P. J. Monedero

He encontrado en Google, la frase que dijo Gandhi o se le atribuye, y me hace pensar, porque acabamos de decir que los animales tienen alma: «en mi opinión, la vida de un cordero no es menos valiosa que la de un ser humano». ¿No hay que replantearse la dieta de los humanos?

Así que, sin equiparar en todo ni en todos, en las corrientes modernas de biología, neurología, psicología, filosofía, e incluso la teología, se insiste en revalorizar la riqueza psíquica de los animales, cercanos al hombre emocional y cognitivamente. Hay similitudes  del psiquismo animal con el psiquismo humano.

Gracias a los maestros… se puede disfrutar mejor la vida

Con las imágenes del reportaje fotográfico: ¿se puede aprender algo?

Me gustaría terminar, con el recuerdo de una antigua leyenda y con una hermosa canción.

La antigua leyenda cuenta que los animales son almas voluntarias sin el don de la palabra, que han venido a enseñar al hombre: el valor de los actos, la solidaridad con los seres vivos, el respeto y el valor de la libertad y del trabajo en equipo.

Zorro. Fotografía de P. J. Monedero

Podría añadir que: siempre he tenido animales. Cuando falleció nuestro tercer animal de compañía, que era una perra, Mora, lo pasamos tan mal (quien los tiene sabe que son un miembro más de la familia), que prometimos que ya eran suficientes.  Pero… un día, al poco tiempo, nuestro hijo nos llamó diciendo: voy a llevaros un perrito blanco. Es especial. He prometido que si no lo queréis, lo devolveré, aunque podrían sacrificarlo, según me han dicho.

Le pusimos Yuky, «nieve», en japonés. Es encantador. Lleva con nosotros 4 años. Es absolutamente especial, por todo. Y…, curiosamente «es sordo». Es superinteligente. Sus otros sentidos se han desarrollado tanto y tan maravillosamente, que ni  se le nota esa carencia.

A veces la ignorancia y la sobreprotección de los animales y sus derechos (desde las instituciones) da lugar a intromisiones competenciales en los derechos humanos y ser inconstitucionales. Una cosa es apreciar, conocer y respetar y otra, igualar.  Es verdad que el tema de los derechos, incluso en los humanos (mujeres y hombres, negros y blancos), ha sufrido una larga evolución hasta finales del siglo XX, y si es por el derecho a escoger libremente la lengua en que quieren ser educados, aquí no está garantizado.

Y termino con la canción.  Dicen que no hay una máquina del tiempo más hermosa que una vieja canción. La traigo porque la letra y la melodía dicen tanto, que  es mejor sentirla. Desde que la escuché, también «yo quisiera ser civilizado como los animales», como dijo Roberto Carlos, cuando la lanzó 1977. Recordemos que fue prohibida por la dictadura militar argentina del general Videla.

El Progreso

Yo quisiera poder aplacar una fiera terrible,

yo quisiera poder transformar tanta cosa imposible,

yo quisiera decir tantas cosas que pudieran hacerme

sentir bien conmigo,

yo quisiera poder abrazar mi mayor enemigo,

yo quisiera no ver tantas nubes oscuras arriba,

navegar sin hallar tantas manchas de aceite en los mares,

y ballenas desapareciendo por falta de escrúpulos comerciales

Yo quisiera ser civilizado como los animales

Lalalalalalararallalaaa

Yo quisiera ser civilizado como los animales…

Yo quisiera no ver tanto verde en la tierra muriendo,

ni en las aguas de ríos los peces desapareciendo,

yo quisiera gritar que ese tal olor negro no es mas que negro veneno

ya sabemos que por todo eso vivimos ya menos,

yo no puedo aceptar ciertas cosas que ya no comprendo

el comercio de armas de guerra de muertes viviendo,

yo quisiera hablar de alegría en vez de tristeza mas no soy capaz,

yo quisiera ser civilizado como los animales……….

Lalalalalarararalalaaaa Yo quisiera ser civilizados como los animales..

Lalalalalalararalalaaaa Yo quisiera ser civilizados como los animales..

Yo no estoy contra el progreso si existiera un buen consenso

errores no corrigen otros, eso es lo que pienso

Yo no estoy contra el progreso si existiera un buen consenso

errores no corrigen otros, eso es lo que pienso. 

                                                                        José Manuel Belmonte

Acerca de José Manuel Belmonte

Soy un ciudadano del mundo observador y caminante. La Vida, la Naturaleza y la Humanidad, pero sobretodo el corazón del hombre son una fuente inagotable de sorpresas. De eso escribo…

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