jueves , 25 abril 2024
Fotografía de David Pérez Merino

El cielo dio una tregua de 50 minutos y Raphael hizo historia en Azuqueca

Azuqueca vivió en la noche de ayer viernes 7 de septiembre una de esas citas históricas que nunca se olvidan: el concierto del artista español, con seguidores en todo el mundo: Raphael. Era el preludio de las fiestas que comenzarán en una semana, pero miles de personas ya tenían anotada esta cita desde que hace meses y por sorpresa, se informó en un comunicado urgente y, un día después, en una comparecencia entre el alcalde José Luis Blanco y la empresa promotora del artista jienense.

Pero el cielo quiso también celebrarlo como mejor sabe, con luces y sonido y decidió encender los fuegos artificiales para celebrar el evento. Y pasó lo que pasó.

50 minutos de concierto. No dio para más. Pero fueron más que suficientes. Una hora antes del inicio nadie daba un duro por ver a Raphael sobre el escenario montado en el césped artificial del complejo San Miguel, en Azuqueca. La impresionante tormenta de fin de verano descargaba agua con toda su furia sobre el municipio alcarreño y todos se temían lo peor. Las redes sociales ardían con cientos de aficionados haciéndose la misma pregunta: ¿Habrá o no habrá concierto? Desde el Ayuntamiento y la organización, silencio en espera de conocer más datos sobre la evolución de la tormenta. Fueron minutos frenéticos de consulta de mapas y previsiones meteorológicas. Finalmente, a menos de media hora para el inicio, previsto para las 22,00 horas de este viernes, un primer comunicado oficial: el cielo se abrirá sobre las 22,00 horas y habrá concierto.

Miles de aficionados no esperaron más y llegaron hasta el complejo San Miguel, cuyos alrededores son una pequeña balsa de agua, pero no se arredraron. Aparcaron donde pudieron e hicieron pacientemente cola en la única de las entradas abiertas, algo incomprensible, hasta que a alguien se le ocurrió abrir una segunda para evitar que la cola se eternizara.

Imagen de la balsa de agua junto al campo San Miguel. Fotografía de David Pérez

El agua dejó de caer poco a poco y los aficionados fueron tomando sus asientos, completamente empapados. Se repartió papel secante y el propio alcalde azudense, José Luis Blanco, rollo en mano, colaboró en el reparto.

En la imagen, el alcalde de Azuqueca, José Luis Blanco, reparte papel secante a los asistentes al concierto de Raphael. Fotografía de David Pérez Merino

En cuestión de minutos, todas las sillas sobre el césped y las gradas del San Miguel estaban atestadas de público. No había rango de edad, ni sexo, ni condición laboral, social o de cualquier otro tipo que distinguiera a los asistentes. Solo su amor por Raphael.

Fotografía de David Pérez

Se corrió la voz de que el concierto comenzará a las 23,00 horas, pero mucho antes, a las 22,30 horas en punto, para aprovechar la tregua que las nubes acababan de dar sobre el cielo azudense, apareció la estrella que todos querían ver, apareció el mito: Raphael.

Fotografía de José Luis Solano Provencio

El público en pie, más de 3.500 aficionados llegados desde numerosos puntos de España como confesaron algunos de ellos a este periódico, comenzaron a corear las nuevas y antiguas canciones que la leyenda española, de negro, siempre de negro, su seña de identidad, fue desgranando una a una sobre el escenario.

Y lo hizo como lo ha hecho siempre, con toda la energía y el carácter que desborda en todos y cada uno de los conciertos que a sus 75 años celebra sin descanso por toda España este verano dentro de su gira ‘Loco por cantar 2018’. Y allí estaba él, con 3.500 amigos, en su ‘gran noche’, en ese ‘día especial’ ‘digan lo que digan los demás’, con ese chorro de voz que ha enamorado a millones de personas en todo el mundo desde que hace más de medio siglo se diera a conocer en los escenarios.

Fotografía de José Luis Solano Provencio

Pero pasadas las 23,00 horas, comenzaron a otearse nuevamente relámpagos sobre el oscuro cielo. En cuestión de minutos, cayeron las primeras gotas. Pero Raphael siguió dándolo todo sobre el escenario, aunque avisó de que desde su equipo de seguridad le habían pedido que no tocara el micro con las manos y que si la cosa iba a más, la lluvia, habría que suspender. El césped del San Miguel se cubrió de una inmensa capa multicolor de miles de paraguas abiertos a la vez. Un aviso, dos avisos y… llegó el tercero. El concierto llegó a su fin por la lluvia.

Fotografía de José Luis Solano

Raphael se despidió de su público entre aplausos. Solo fueron sido 50 minutos, pero ni uno solo de los asistentes mostró la mínima queja o enfado, todos salieron exultantes. Habían vivido un momento histórico en sus vidas, un momento que recordarán siempre. Y cuando lo hagan, dirán: «Yo estuve en el concierto de Raphael en Azuqueca aquella noche de septiembre tan tormentosa».

Vídeo cedido a EL HERALDO DEL HENARES por Alcarria TV

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Un comentario

  1. Estimado Sr. es una vergüenza que se celebrara el concierto en esas condiciones!!, el público no salimos exultantes , sino calados y cabreados por las condiciones en las que se celebro un concierto que no debería haber comenzado, a usted le parecerá gracioso que el alcalde repartiera papel para secarnos la silla por la que yo al menos pague 60 euros y lo que procedería es el Reembolso de la entradas por un servicio que no se presto, fue una enorme recaudación; como dice había miles de personas,que alguien se abra embolsado a costa de todos nosotros y usted dice que fue maravilloso?

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